
Cuando hablamos de estilos de crianza, nos referimos a la manera en que se establecen límites y se gestiona la relación entre cuidadores, niños, niñas y adolescentes. Estas pautas desempeñan un papel esencial en el desarrollo del temperamento de los menores y están influenciadas por factores socioculturales y el aprendizaje individual de cada persona. Este balance entre los límites y el afecto da lugar a diferentes estilos de crianza, los cuales explicaremos a continuación:
Durante el desarrollo de los niños influye en el modelamiento de su temperamento los estilos de crianza que se ejerzan en el hogar. Estas hacen referencia a la forma en la que se establecen límites, y se media la relación entre cuidadores, niños, niñas y adolescentes.
En este sentido, surgen algunas categorías en las que se agrupan ciertos tipos de pautas según el balance entre los límites y el afecto. Es importante tener en cuenta que los factores socio culturales influyen en los estilos que se formen, y generalmente están moldeados por el aprendizaje de cada persona.
Crianza autoritaria: Suele ser el más tradicional debido al contexto histórico y cultural. En este, el adulto tiene el poder total y absoluto, y no hay viabilidad para la negociación. Se puede reflejar en expresiones como: “en esta casa se hace lo que yo diga y punto”.
Este estilo puede generar una alta tensión para los padres, por el mantener siempre la autoridad. Además, los niños y las niñas pueden ser altamente sumisos en algunos espacios y significativamente autoritarios en otros.
Esta necesidad de mantener la autoridad puede generar una alta tensión para la madre y el padre, haciendo que la niña o niño se comporte de manera sumisa en algunos espacios y de forma significativamente autoritaria en otros.
Crianza permisiva: En este estilo los padres no suelen establecer límites, o no hacen rlo de forma correcta. Hay una nula o baja exigencia en los niños, las niñas o los adolescentes. De forma contraria, en este estilo puede suceder que los niños se vuelvan la “autoridad” en el hogar. A largo plazo, se asocia con que los niñas, niñas y adolescentes tengan dificultad para asumir responsabilidades y dinámicas de autocontrol.
Crianza permisiva: En este estilo, los padres no suelen establecer límites o no lo hacen de forma adecuada. Hay una nula o baja exigencia hacia los niños, niñas o adolescentes, y en algunos casos, son ellos quienes se convierten en la “autoridad” en el hogar. A largo plazo, esto se asocia con dificultades para asumir responsabilidades y desarrollar dinámicas de autocontrol.
Crianza democrática: En este estilo, hay un balance entre los límites y el afecto. Se recurre a la negociación y a formas de cuidado basadas en el buen trato. La comunicación es una herramienta fundamental, ya que favorece la autonomía y la confianza en sí mismos, tanto en el cuidador como en los niños, las niñas y adolescentes.
Las habilidades parentales comprender las facultades que tienen madres, padres y cuidadores en la relación y el cuidado con niños, niñas y adolescentes. Estas incluyen los conocimientos, actitudes y las capacidades o destrezas parentales. Algunas de las que puedes tener en cuenta son: Por esta razón, es fundamental que las madres, padres y cuidadores cuenten con habilidades parentales, en otras palabras, son los conocimientos, actitudes y habilidades que les van a ayudar a relacionarse y cuidar de hijo o hija. Algunas de estas habilidades incluyen:
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