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Cáncer Hematológico

Es un conjunto de enfermedades de las células de la sangre, que se acumulan con defectos genéticos progresivos que causan problemas en las personas. Se pueden tener cáncer en alguna de las 3 líneas de células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas. Generalmente se forma en la médula ósea o en las células del sistema inmunitario. 

 

 

Cualquier persona puede tener cáncer hematológico, a cualquier edad y son muy diversas las enfermedades que se producen en este tipo de cáncer: leucemia, mieloma, linfoma, histiocitosis de células de Langerhans, mastocitos, micosis fungoide, etc.

 

Cáncer Hematológico

 

Este tipo de enfermedades deben ser tratadas por un especialista en hematología / onco-hematología una rama de la medicina que se encarga del estudio de la sangre y de las enfermedades que la alteran.

 

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A continuación, se amplía la información de los tipos más comunes de cáncer hematológico:

 

Las Leucemias

La leucemia es el cáncer de los tejidos que forman la sangre, la médula ósea y el sistema linfático en el organismo. Esta enfermedad es frecuente en poblaciones de adultos mayores de 55 años y niños y niñas menores de 15 años en su gran medida. 

Por lo general, la leucemia involucra a los glóbulos blancos, los cuales son los encargados de combatir infecciones. La médula ósea de las personas que padecen la enfermedad produce una cantidad excesiva de glóbulos blancos anormales que no funcionan correctamente. 

La leucemia es uno de los tipos de cánceres de tejidos hematológicos. Estos cánceres aparecen en tres sistemas que están conectados: la sangre, medula ósea y los ganglios linfáticos. Por lo tanto, la presencia de células cancerosas en cualquiera de ellos puede afectar a los otros. 

 

¿Cómo se produce el cáncer en el organismo? 

Las células cuentan con genes que programan actividades como: funciones, crecimiento, transformaciones y muerte celular. En el momento en que las células normales se transforman en cancerosas, se generan mutaciones en los sistemas de control para regular esos cambios. Es así como, se producen masas benignas y malignas por la acumulación de células defectuosas que dan paso a la generación de nuevas células que el cuerpo no necesita. 

Existen diversos factores que pueden aumentar los riesgos de padecer algunos tipos de leucemia: 

Tratamientos oncológicos previos: personas que se sometieron a métodos de quimioterapia y radioterapia por otros tipos de cáncer. 

  • Trastornos genéticos: las anomalías genéticas influyen en el desarrollo de la leucemia. 

  • Exposición a ciertas sustancias químicas: por ejemplo, el benceno, el cual se encuentra en la gasolina y se utiliza en la industria química. 

  • Tabaquismo: fumar cigarrillo o algún tipo de tabaco. 

  • Antecedentes familiares: si a algún miembro de tu familia se le ha diagnosticado leucemia, el riesgo de padecer la enfermedad es mayor. 

  • Prevenir, es la acción más efectiva respecto al cáncer, para ello es necesario actuar y controlar. Además de que permanezcas en espacios libres de tabaco y otros tóxicos, es importante que tengas hábitos y estilos de vida saludables para tener un adecuado estado de tu salud. 

Los signos pueden variar según el tipo de leucemia, algunos de los síntomas comunes son:

 

  • Fiebre o escalofríos. 

  • Fatiga persistente, debilidad. 

  • Infecciones frecuentes o graves. 

  • Pérdida de peso sin intentarlo. 

  • Ganglios linfáticos inflamados, agrandamiento del hígado o del bazo. 

  • Sangrado y formación de hematomas con facilidad. 

  • Sangrados nasales recurrentes. 

  • Pequeñas manchas rojas en la piel (petequia). 

  • Hiperhidrosis (sudoración anormal y excesiva), sobre todo por la noche. 

  • Dolor o sensibilidad en los huesos. 

Existen diferentes tipos de leucemia: linfocítica aguda, mieloide aguda, linfocítica crónica, mieloide crónica. El tiempo y tipo tratamiento varía dependiendo de la leucemia que padezca el paciente. 

 

Los tratamientos han avanzado mediante la inclusión de diferentes tipos de terapias. Existe la posibilidad de utilizarlas de manera combinada para optimizar sus resultados. Los principales tratamientos son: quimioterapia, inmunoterapia, terapia dirigida y radioterapia. 

 

En caso de que presentes alguno de los síntomas es importante que consultes a tu médico. En la Fundación Santa Fe de Bogotá encuentras especialistas para la detección y el tratamiento de los cánceres hematológicos. 

¿Qué servicios adicionales se ofrecen a los pacientes con Leucemia?

Línea de servicio de hematología:  

La Fundación Santa Fe de Bogotá se ha organizado estratégicamente por condiciones clínicas para la atención integral por líneas de servicio. Este es un sistema igualitario, oportuno y efectivo que beneficia directamente a los pacientes y sus familias. Los mejores resultados clínicos se obtienen gracias a la experiencia, la innovación y la avanzada tecnología en salud y en servicios para la atención integral centrada en las personas.   

 

Equipo de Enfermería:   

La Dirección de Enfermería de la Fundación está constituida por un equipo especializado de enfermeras y enfermeros que gestiona el cuidado de pacientes y sus familias por tipos de servicio. El objetivo es obtener resultados satisfactorios en la evolución de los signos y síntomas de la enfermedad. El equipo de Enfermería ofrece también una atención amable, participativa y que entrega conocimientos a las personas para el cuidado de su salud.  

 

Clínica de dolor y cuidado paliativo:   

Los pacientes con cáncer deben disfrutar de bienestar y tranquilidad. Por esto se cuenta con un equipo especializado e interdisciplinar para el manejo integral del dolor mediante terapias que pueden requerir o no medicamentos, con monitoreo constante y atención oportuna.  

 

Centro de rehabilitación física:  

El equipo especializado en rehabilitación cuenta con expertos en fisioterapia, fonoaudiología y terapia ocupacional que atienden los casos que así lo necesitan, con el objetivo de apoyar su proceso de mejoría.  

 

Salud mental (psico-oncología):  

Los psiquiatras y psicólogos de la Fundación atienden permanentemente a los pacientes de oncología. Además, se pone a su disposición una unidad especial de salud mental llamada Zona Lavanda, que se encuentra dotada con unidades para la atención de personas con afectaciones de su salud mental.  

 

Equipo de nutrición:   

El equipo de nutrición y dietética está formado por nutricionistas que acompañan, valoran y monitorean las condiciones nutricionales de los pacientes, por medio de pruebas para identificar y tratar los riesgos asociados al exceso o las deficiencias de peso.  

 

Educación al paciente y su familia:   

La Subdirección de Servicio de la Fundación Santa Fe cuenta con el programa de Educación al Paciente y su Familia. El objetivo es acompañar y fortalecer las capacidades del paciente para que participe activamente en el cuidado de su salud y el cumplimiento de sus tratamientos médicos, de manera de obtener los mejores resultados. 

Actividad física:

Las personas diagnosticadas deben mantener un nivel adecuado de actividad física, de acuerdo con su capacidad y resistencia. Para esto se recomienda establecer rutinas frecuentes de ejercicio, aproximadamente cinco días a la semana, sin llegar al cansancio extremo.   

La actividad física produce mejores respuestas del cuerpo y de la enfermedad, disminuye la inflamación y fortalece los músculos, lo que puede ayudar a manejar el dolor.  

 

Tener espacios para el fortalecimiento de la salud mental:

El estado de ánimo y la salud mental también deben ser prioritarios para obtener mejor respuesta a los tratamientos y manejar las emociones. Para esto el paciente debe realizar actividades de entretenimiento que le permitan salir de la rutina y compartir con sus seres queridos.   

Se recomienda realizar actividades como la escritura (para expresar lo que siente), demostrar agradecimiento y crear espacios para la espiritualidad.   

 

Nutrición:

  • La nutrición tiene un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Por ello se deben considerar estos consejos:  

  • Escoger un mismo plato para aprender a controlar las porciones que se consumen.  

  • Hacer que la mitad de las porciones del plato tenga frutas y verduras.  

  • Incluir proteína sin grasa, como pescado (cocido), pollo sin piel o leguminosas.  

  • Evitar los embutidos.    

  • Tomar agua para facilitar la hidratación y el buen funcionamiento de varios órganos del cuerpo.  

  • Evitar el consumo de bebidas azucaradas, como las gaseosas.  

  • Evitar la ingesta de alimentos crudos como mariscos, pescados, carnes, quesos madurados, entre otros.   

Durante los tratamientos del cáncer se pueden presentar síntomas como laceración de las mucosas (mucositis), náuseas, vómito, diarrea y colitis, que pueden disminuir el apetito o dificultar la retención de los alimentos. En este caso, los pacientes deben comunicarse con el médico tratante, hidratarse y consumir los alimentos que se toleren, para evitar posibles complicaciones, como la deshidratación.  

 

Descanso y sueño adecuados:

El descanso y el sueño favorecen la recuperación integral de la energía, la salud, la memoria y la atención. De allí que sea muy importante dormir durante períodos adecuados, con horas fijas de sueño.  

Para tener una adecuada calidad del sueño, se recomienda mantener una rutina de ejercicio matutina y evitar, antes de dormir, ver las pantallas de televisores, tabletas o celulares.  

Los tiempos de siesta también son valiosos, especialmente en horas de la tarde, antes de las 3:00 p.m., y máximo durante veinte minutos. Esto tiene un efecto reparador y beneficia la memoria y la capacidad creativa.   

  • ¿Qué personas podrían tener leucemia? 

Dentro de los grupos objetivos de personas que tienen alta incidencia de desarrollar leucemia tenemos a los adultos mayores y a la población pediátrica, siento la primera diez veces más común que en la población infantil. 

 

  • ¿Cuáles son los órganos que se ven mayormente afectados por la leucemia? 

Al ser un cáncer líquido, el cual transita por la sangre y los diferentes órganos el cuerpo, los más afectados son: el hígado, el bazo, el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y los ganglios linfáticos, entre otros.  

Linfomas:  

Tratamiento y servicios integrales para pacientes diagnosticados con linfomas. 

Los linfomas son un grupo de enfermedades diversas, producidas por el aumento neoplásico (crecimiento descontrolado de las células, en este caso glóbulos blancos) de células en los tejidos linfoides, que son los encargados de transportar células del sistema inmunológico a todo el cuerpo. Los linfomas se manifiestan generalmente con el aumento del tejido, principalmente en los ganglios ubicados en zonas como cuello, axilas e ingle, aunque también pueden afectar el tracto gastrointestinal, el bazo, la médula ósea, el cerebro o los riñones, entre otros órganos.

 

Según el tipo de células del sistema inmunológico que resulte afectado, se puede determinar qué tipo de linfoma es: tipo Hodgkin o No Hodgkin.

 

Linfoma No Hodgkin:   

El linfoma No Hodgkin es una categoría de linfoma que ocupa el puesto número 12 en las llamadas masas anormales malignas más frecuentes. En total se presentan 5,1 nuevos casos por cada 100.000 habitantes y tiene un nivel de mortalidad aproximada de 2,7 personas por cada 100.000 habitantes. La cantidad de casos aumenta levemente en países desarrollados, y disminuye a 3,5 por 100.000 habitantes en países no desarrollados.   

La edad promedio de diagnóstico de este linfoma es 64 años, pero esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad. Igualmente, tiene mayor presencia en los hombres.  

Según estudios, el linfoma No Hodgkin tiene diferentes variedades o subtipos como linfoma B difuso de célula grande, linfomas foliculares o linfomas de células del manto. Estas clasificaciones, que son muy técnicas, las determinan los expertos y tienen diferentes grados de incidencia y enfoques de tratamiento.   

 

Linfoma Hodgkin:  

El linfoma Hodgkin es una enfermedad maligna del tejido linfático que representa el 0,7% de todos los tipos de cáncer.   

Al año se presentan 59.000 nuevos casos en el mundo, y tiene mayor probabilidad de aparecer en personas entre los 20 y 24 años, y en mayores de 60 años. Para los pacientes, la expectativa de la evolución de los linfomas ha mejorado gracias a los avances en los tratamientos, entre los que se destacan diferentes tipos de anticuerpos monoclonales (sustancias producidas en laboratorio capaces de neutralizar un desencadenante inmunológico de enfermedad específico o antígeno) y el trasplante autólogo (trasplante de células sanas del propio paciente, que ayudan a combatir la enfermedad). Se trata de uno de los tipos de cáncer que puede curarse en una mayor cantidad de pacientes. 

Linfoma No Hodgkin  

  • Tener entre 60 y 69 años de edad.   

  • Ser hombre.  

  • Ser de raza blanca: hay estudios que indican que las personas blancas de Estados Unidos tienen mayor probabilidad de padecer este tipo de linfoma.  

  • Tener antecedentes en familiares de primer grado de consanguinidad (padres, hijos, hermanos).  

  • Exponerse a productos químicos y medicamentos como el benceno, ciertos herbicidas, insecticidas y productos que se usan para la agricultura.  

 

Linfoma Hodgkin  

Los factores de riesgo para el linfoma Hodgkin no se encuentran completamente definidos:   

El linfoma Hodgkin suele relacionarse con la mononucleosis o infección por el virus de Epstein Barr. Este es un tipo de infección que afecta el sistema inmunológico y que se relaciona con al menos un caso de cada mil de linfoma Hodgkin.   

El linfoma Hodgkin puede ocurrir a cualquier edad, pero se presenta especialmente en adultos jóvenes, entre los 20 y 29 años, y aumenta el riesgo después de los 55 años, especialmente en hombres.   

Los hermanos o hermanas de pacientes diagnosticados en la juventud tienen mayor riesgo de padecer este linfoma. En el caso de gemelos idénticos, el riesgo es alto, por lo que es importante realizar chequeos preventivos. 

En su etapa inicial, los linfomas pueden aparecer, generalmente, sin ningún tipo de síntomas. Sin embargo, se debe prestar atención a señales como:  

  • Inflamación de ganglios o bultos debajo de la piel, en zonas como cuello, axilas o ingle. Estos bultos normalmente no duelen, pero sí pueden estar más sensibles después del consumo del alcohol.

 

En el linfoma Hodgkin se encuentran los síntomas B:  

  • Fiebre intermitente sin motivo aparente, que puede durar semanas.  

  • Sudoración nocturna.  

  • Pérdida de peso involuntaria (de por lo menos un 10%) en menos de seis meses.  

  • Las personas con parientes que tienen o han tenido este tipo de cáncer y presentan signos como cansancio extremo, pérdida de apetito o picazón en la piel, deben consultar oportunamente al médico.   

¿Es posible detectar el linfoma con chequeos preventivos?  

En la actualidad no existen pruebas confiables que ayuden a predecir la aparición de un posible linfoma, pero la detección temprana puede convertirse en una buena alternativa para descubrirlo en sus etapas iniciales.   

Para realizar el diagnóstico de los linfomas se realiza una valoración física completa, en la que se buscan algunos bultos y adenopatías (hinchazón de los ganglios linfáticos) de consistencia cauchosa y que no duelan durante la palpación, en zonas como cuello, axilas e ingle. También se identifican masas en el abdomen y aumento en el tamaño del hígado o del bazo.   

En estados más avanzados y poco frecuentes de la enfermedad, como cuando se compromete la médula ósea, el paciente puede presentar signos como palidez, taquicardia, dificultad para respirar, poca tolerancia al ejercicio, anemia o procesos relacionados con déficit de glóbulos rojos, hemorragias, disminución en las plaquetas e infecciones con bajo conteo de células blancas, conocido como neutropenia.  

 

En el caso del linfoma Hodgkin, se debe hacer una biopsia para reconocer las alteraciones celulares. Junto a los síntomas B (descritos arriba), estas alteraciones indican que al paciente se le debe realizar pruebas complementarias y TAC, que permitirán identificar las características de las masas.  

 

En algunos casos se indicará la tomografía por emisión de positrones, una prueba que permite encontrar de forma más detallada las lesiones existentes y conocer el estado en el que se encuentra el paciente. 

 

¿Cómo deben los pacientes diagnosticados manejar la enfermedad?  

Los pacientes diagnosticados deben seguir las indicaciones del médico tratante y del equipo interdisciplinario de la Fundación Santa Fe. Este equipo también integrará aspectos como la nutrición, el ejercicio físico, la salud mental, la psicooncología y las imágenes diagnósticas, entre otros.   

 

Cada linfoma tiene unas indicaciones específicas de tratamiento de acuerdo con las condiciones de cada paciente. No obstante, se deben tener en cuenta algunos consejos generales para mejorar los resultados y disminuir los efectos secundarios de los tratamientos:   

 

  • Tomar los medicamentos a tiempo y con las indicaciones correspondientes.  
  • Asistir a los controles y seguimientos con los médicos y el equipo de salud, para llevar adecuadamente el tratamiento y detectar de forma temprana los efectos secundarios o las posibles complicaciones.   
  • Estar abierto a recibir educación de manera oportuna y completa, aclarar dudas con el equipo médico y vincular a los familiares cercanos o amigos, para que conozcan su situación de salud.  
  • Cuando se requiere realizar tratamientos para el cáncer, es muy importante mantener la continuidad del tratamiento y la comunicación con el equipo de salud, y manifestar oportunamente las molestias que se presenten. 

El trasplante de médula ósea es parte del tratamiento que requieren los pacientes con linfoma para reemplazar las células con cáncer por células sanguíneas sanas. Este procedimiento requiere una preparación especial antes del trasplante: el paciente debe hospitalizarse para rescatar las células de la médula (progenitores hematopoyéticos), que pueden obtenerse del mismo paciente (trasplante autólogo) o de un donante (trasplante alogénico).

 

El trasplante de un donante solo puede ser posible por medio de un familiar (hermano, hermana, padre, madre) o por medio de bancos de donantes de médula ósea, para aumentar la probabilidad de encontrar un donante con compatibilidad genética HLA.

 

Allí se rescatan las células madre de tejido sanguíneo por medio de una aféresis, un procedimiento que consiste en aplicar un medicamento que permite que las células madre salgan al torrente sanguíneo, donde se realiza su rescate. Posteriormente, al paciente se lo prepara para que pueda recibir el trasplante de estas células e iniciar la obtención de las células sanas que le permitan tratar el cáncer. 

¿Qué servicios adicionales se ofrecen a los pacientes con linfoma?  

Línea de servicio de hematología:  

La Fundación Santa Fe de Bogotá se ha organizado estratégicamente por condiciones clínicas para la atención integral por líneas de servicio. Este es un sistema igualitario, oportuno y efectivo que beneficia directamente a los pacientes y sus familias. Los mejores resultados clínicos se obtienen gracias a la experiencia, la innovación y la avanzada tecnología en salud y en servicios para la atención integral centrada en las personas.   

 

Equipo de Enfermería:

La Dirección de Enfermería de la Fundación está constituida por un equipo especializado de enfermeras y enfermeros que gestiona el cuidado de pacientes y sus familias por tipos de servicio. El objetivo es obtener resultados satisfactorios en la evolución de los signos y síntomas de la enfermedad. El equipo de Enfermería ofrece también una atención amable, participativa y que entrega conocimientos a las personas para el cuidado de su salud.  

 

Clínica de dolor y cuidado paliativo: 

Los pacientes con cáncer deben disfrutar de bienestar y tranquilidad. Por esto se cuenta con un equipo especializado e interdisciplinar para el manejo integral del dolor mediante terapias que pueden requerir o no medicamentos, con monitoreo constante y atención oportuna.

 

Centro de rehabilitación física:  

El equipo especializado en rehabilitación cuenta con expertos en fisioterapia, fonoaudiología y terapia ocupacional que atienden los casos que así lo necesitan, con el objetivo de apoyar su proceso de mejoría.

 

Salud mental (psico-oncología):  

Los psiquiatras y psicólogos de la Fundación atienden permanentemente a los pacientes de oncología. Además, se pone a su disposición una unidad especial de salud mental llamada Zona Lavanda, que se encuentra dotada con unidades para la atención de personas con afectaciones de su salud mental.

 

Equipo de nutrición: 

El equipo de nutrición y dietética está formado por nutricionistas que acompañan, valoran y monitorean las condiciones nutricionales de los pacientes, por medio de pruebas para identificar y tratar los riesgos asociados al exceso o las deficiencias de peso.  

 

Educación al paciente y su familia: 

La Subdirección de Servicio de la Fundación Santa Fe cuenta con el programa de Educación al Paciente y su Familia. El objetivo es acompañar y fortalecer las capacidades del paciente para que participe activamente en el cuidado de su salud y el cumplimiento de sus tratamientos médicos, de manera de obtener los mejores resultados. 

Actividad física 

Las personas diagnosticadas deben mantener un nivel adecuado de actividad física, de acuerdo con su capacidad y resistencia. Para esto se recomienda establecer rutinas frecuentes de ejercicio, aproximadamente cinco días a la semana, sin llegar al cansancio extremo.   

La actividad física produce mejores respuestas del cuerpo y de la enfermedad, disminuye la inflamación y fortalece los músculos, lo que puede ayudar a manejar el dolor.  

 

Tener espacios para el fortalecimiento de la salud mental 

El estado de ánimo y la salud mental también deben ser prioritarios para obtener mejor respuesta a los tratamientos y manejar las emociones. Para esto el paciente debe realizar actividades de entretenimiento que le permitan salir de la rutina y compartir con sus seres queridos.   

Se recomienda realizar actividades como la escritura (para expresar lo que siente), demostrar agradecimiento y crear espacios para la espiritualidad. 

 

Nutrición 

  • La nutrición tiene un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Por ello se deben considerar estos consejos:  

  • Escoger un mismo plato para aprender a controlar las porciones que se consumen.  

  • Hacer que la mitad de las porciones del plato tenga frutas y verduras.  

  • Incluir proteína sin grasa, como pescado (cocido), pollo sin piel o leguminosas.  

  • Evitar los embutidos.    

  • Tomar agua para facilitar la hidratación y el buen funcionamiento de varios órganos del cuerpo.  

  • Evitar el consumo de bebidas azucaradas, como las gaseosas.  

  • Evitar la ingesta de alimentos crudos como mariscos, pescados, carnes, quesos madurados, entre otros.   

Durante los tratamientos del cáncer se pueden presentar síntomas como laceración de las mucosas (mucositis), náuseas, vómito, diarrea y colitis, que pueden disminuir el apetito o dificultar la retención de los alimentos. En este caso, los pacientes deben comunicarse con el médico tratante, hidratarse y consumir los alimentos que se toleren, para evitar posibles complicaciones, como la deshidratación.  

 

Descanso y sueño adecuados  

El descanso y el sueño favorecen la recuperación integral de la energía, la salud, la memoria y la atención. De allí que sea muy importante dormir durante períodos adecuados, con horas fijas de sueño.  

Para tener una adecuada calidad del sueño, se recomienda mantener una rutina de ejercicio matutina y evitar, antes de dormir, ver las pantallas de televisores, tabletas o celulares.  

Los tiempos de siesta también son valiosos, especialmente en horas de la tarde, antes de las 3:00 p.m., y máximo durante veinte minutos. Esto tiene un efecto reparador y beneficia la memoria y la capacidad creativa.   

  • ¿Qué expectativa de vida tienen las personas diagnosticadas con linfoma? 

Actualmente, las personas diagnosticadas con linfomas cuentan con la posibilidad de recibir tratamientos oncológicos integrales, que controlan la enfermedad y sus síntomas. En algunos momentos, solo se requiere seguimiento y controles periódicos con el médico tratante y el equipo de salud. 

 

  • ¿Cómo se haría el manejo efectivo del dolor? 

Existen dos tipos de dolor: 

  1. Dolor oncológico: un tipo de dolor que padecen las personas con cáncer que requiere un tratamiento especializado. 
  2. Dolor no oncológico: clasificación del dolor para el resto de las afectaciones en salud. 

  

Los equipos de salud han avanzado en nuevas y mejores formas para tratar el dolor oncológico. Para ello se dispone de clínicas de dolor, que cuentan con equipos interdisciplinares que tratan las molestias asociadas al dolor y mejoran la calidad de vida del paciente. 

Mielomas

El mieloma o mieloma múltiple es un cáncer de las células plasmáticas. Cuando estas células están sanas, controlan las enfermedades mediante la producción de anticuerpos, pero cuando son afectadas por el cáncer se acumulan en la médula ósea, desplazan a las células sanas y comienzan a producir proteínas anormales que pueden producir complicaciones en el cuerpo humano.    

Aunque no se han identificado causas específicas, la primera señal que puede sugerir la existencia del mieloma es un desbalance en la relación entre diferentes proteínas en la sangre.  Un análisis permite comparar las cantidades de diferentes proteínas en la sangre del paciente en relación con la albúmina (una proteína muy abundante en la sangre). Si las proteínas están elevadas, se determina que hay riesgo de desarrollar mieloma múltiple. Los expertos determinan estos riesgos a partir de análisis especializados. 

 

Entre los agentes ambientales que tienen relación con algunos casos de mieloma múltiple están la exposición no controlada y en dosis importantes a la radiación ionizante, una radiación de alta energía no controlada y recurrente, que suele ser emitida por equipos de radiografía, tomografía o por plantas nucleares, que puede producir cambios en las células.   

Otros factores de riesgo son: 

 

  • Tener más de 65 años de edad. 

  • Ser hombre. 

  • Ser de raza negra. 

  • Tener antecedentes de mieloma múltiple en familiares de primer grado de consanguinidad, como padres y hermanos. 

  •  

Otros factores muy específicos, como tener antecedentes personales de gammapatía monoclonal, una enfermedad relacionada con alteraciones de proteínas monoclonales e Inmunoglobulina M en sangre. 

El paciente diagnosticado con mieloma no siempre requiere tratamiento inmediato, ya que puede tener una etapa inicial de observación que el médico podrá mantener de acuerdo con su evolución. 

Diagnóstico: Cuando el paciente tiene síntomas como dolor o los resultados de algunos de sus exámenes de sangre aparecen alterados, el equipo médico puede realizar algunas pruebas específicas para identificar si tiene presencia de mieloma. 

Entre las pruebas se encuentran: 

  • Rayos X. 

  • Tomografía axial computarizada TAC. 

  • Resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones. 

  • Biopsia de médula ósea. 

La mayoría de estos exámenes requieren una preparación especial. 

Los tratamientos disponibles pueden variar dependiendo de la etapa y la agresividad de la enfermedad, el especialista puede recomendar alguna de las siguientes opciones: 

  • Quimioterapia: Es una de las principales formas de tratamiento para el mieloma múltiple. Se utilizan diversas sustancias que atacan a las células del cáncer. 

  • Terapia dirigida: Los fármacos dirigidos se enfocan en buscar una anomalía específica presente dentro de las células cancerosas, una vez ubicada, éstas se destruyen. 

  • Radioterapia: Este tratamiento incluye el uso de altos haces de energía para dañar las células de mieloma y detener su crecimiento. La radiación puede ser en una zona específica, o bien recibir la radiación en todo el cuerpo. 

  • Trasplante de médula ósea:

El trasplante de progenitores hematopoyéticos es una opción terapéutica de elección en algunas enfermedades hematológicas, autoinmunes y algunos tumores sólidos. 

Consiste en administrar quimioterapia a altas dosis, buscando eliminar todas las células anormales. Posteriormente, se colocarán células madre hematopoyéticas, que fueron previamente recolectadas, para poblar la medula ósea. Permitiendo de esta forma producir células sanas. 

 

Su objetivo es en algunos casos curar la enfermedad y en otros permitir largos periodos libres de enfermedad y así prolongar la supervivencia. 

 

Existen 3 tipos de trasplante de progenitores hematopoyéticos, que son: 

EL ALOGÉNICO, AUTÓLOGO Y EL SINGÉNICO 

 

  1. El trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos, consiste en que el paciente es su propio donante de células madre. 

 

  1. En el trasplante alogénico las células progenitoras hematopoyéticas proceden de un donante sano que puede ser un familiar compatible (hermano, hermana, padre o madre) o de un donante no emparentado; Un donante compatible es un donante sano, cuyas proteínas sanguíneas, que se denominan antígenos leucocitarios humanos (HLA) son compatibles con el receptor sus genes. 

 

  1. El trasplante Singénico se presenta cuando el donante y el receptor son gemelos idénticos.  

 

El hematólogo indicará que tipo de trasplante necesita. Esto depende del diagnóstico, estado general del paciente y la respuesta al final del tratamiento de quimioterapia. 

  • Línea de servicio de mieloma: 

La Fundación Santa Fe de Bogotá se ha organizado estratégicamente por condiciones clínicas para la atención integral del paciente por líneas de servicio. Este es un sistema igualitario, oportuno y efectivo que beneficia directamente a los pacientes y sus familias. Los mejores resultados se obtienen gracias a la experiencia, la innovación, la avanzada tecnología en salud y en servicios para la atención integral centrada en las personas. 

  

  • Equipo de Enfermería: 

La Dirección de Enfermería de la Fundación Santa Fe de Bogotá está constituida por un equipo especializado de enfermeras y enfermeros que gestiona el cuidado de pacientes y sus familias por tipos de servicio. El objetivo es obtener resultados clínicos satisfactorios. A su vez, la Dirección de Enfermería ofrece una atención amable, participativa y que entrega conocimientos a las personas para el cuidado de su salud. 

  

  • Clínica de dolor y cuidado paliativo: 

Los pacientes con cáncer deben disfrutar de bienestar y tranquilidad. Por esto se cuenta con un equipo especializado e interdisciplinar para el manejo integral del dolor mediante terapias que pueden requerir o no de medicamentos, con monitoreo constante y atención oportuna. 

  

  • Centro de rehabilitación física: 

El equipo especializado en rehabilitación cuenta con expertos en fisioterapia, fonoaudiología y terapia ocupacional que atienden los casos que así lo necesitan, con el objetivo de apoyar su proceso de mejoría. 

  

  • Salud mental (psico-oncología): 

Los psiquiatras y psicólogos de la Fundación Santa Fe de Bogotá atienden permanentemente a los pacientes de oncología. Además, se pone a su disposición una unidad especial de salud mental llamada Zona Lavanda, que se encuentra dotada con unidades para la atención de personas con afectaciones de su salud mental. 

  

  • Equipo de nutrición: 

El equipo de nutrición y dietética está formado por nutricionistas que acompañan, valoran y monitorean las condiciones nutricionales de los pacientes, por medio de pruebas para identificar y tratar los riesgos asociados al exceso o a la deficiencia de peso. 

  

  • Educación al paciente y su familia: 

La Subdirección de Servicio de la Fundación Santa Fe de Bogotá cuenta con el programa de Educación al Paciente y su Familia. El objetivo es acompañar y fortalecer las capacidades del paciente para que participe activamente en el cuidado de su salud y el cumplimiento de sus tratamientos médicos, con el fin de obtener los mejores resultados. 

Actividad física 

Las personas diagnosticadas deben mantener un nivel adecuado de actividad física, de acuerdo con su capacidad y resistencia. Se recomienda establecer rutinas frecuentes de ejercicio, aproximadamente cinco días a la semana, sin llegar al cansancio extremo. 

  

La actividad física produce mejores respuestas del cuerpo y de la enfermedad, disminuye la inflamación y fortalece los músculos, lo que puede ayudar al manejo del dolor. Tener espacios para el fortalecimiento de la salud mental. El buen estado de ánimo y la salud mental también deben ser prioritarios para obtener mejor respuesta a los tratamientos y manejar las emociones. Para esto, el paciente debe realizar actividades de entretenimiento que le permitan salir de la rutina y compartir con sus seres queridos. 

  

Se recomiendan actividades como la escritura (para expresar lo que siente), demostrar agradecimiento y disponer espacios para la espiritualidad. 

  

Nutrición

 

  • La nutrición tiene un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Por ello se deben considerar estos consejos: 

 

  • Escoger un mismo plato para aprender a controlar las porciones que se consumen. 

 

  • Hacer que la mitad de las porciones del plato tenga frutas y verduras. 

 

  • Incluir proteína sin grasa, como pescado, preferiblemente cocido, pollo sin piel o leguminosas. 

  • Evitar los embutidos.  

 

  • Tomar agua para facilitar la hidratación y el buen funcionamiento de varios órganos del cuerpo. 

 

  • Evitar el consumo de bebidas azucaradas, como las gaseosas. 

 

  • Evitar la ingesta de alimentos crudos como mariscos, pescados, carnes, quesos madurados, entre otros. 

  

Durante los tratamientos para el cáncer se pueden presentar síntomas como laceración de las mucosas, náuseas, vómito, diarrea y colitis, que pueden disminuir el apetito o dificultar la retención de los alimentos. En este caso, los pacientes deben comunicarse con el médico tratante, hidratarse y consumir los alimentos que se toleren, para evitar posibles complicaciones, como la deshidratación. 

  

Descanso y sueño adecuados 

 

El descanso y el sueño favorecen la recuperación integral de la energía, la salud, la memoria y la atención. De allí que sea muy importante dormir durante períodos adecuados, con horas fijas de sueño. 

  

Para tener una adecuada calidad del sueño, se recomienda mantener una rutina de ejercicio matutina y evitar, antes de dormir, ver las pantallas de televisores, tabletas y celulares, antes de dormir. 

  

Los tiempos de siesta también son valiosos, especialmente en horas de la tarde, antes de las 3:00 p.m., y máximo durante veinte minutos. Esto tiene un efecto reparador y beneficia la memoria y la capacidad creativa. 

  • ¿Qué causa el mieloma? 

No existe una única causa para el mieloma, pero se asocia a factores ambientales específicos para cada uno de los casos. 

  

  • ¿Cómo se hace un manejo efectivo del dolor? 

Existen dos tipos de dolor: 

  1. Dolor oncológico, padecido por las personas con cáncer que requiere un tratamiento especializado. 
  2. Dolor no oncológico, que corresponde al resto de las afectaciones de la salud. 

  

Para el dolor oncológico se cuenta con equipos de salud avanzados, así como clínicas de dolor o unidades especializadas en tratar las molestias asociadas al dolor, de la mano de un equipo capacitado e interdisciplinario. 

  

  • ¿Qué expectativa de vida tienen las personas diagnosticadas con mieloma? 

Actualmente, las personas diagnosticadas con mieloma tienen la posibilidad de recibir tratamientos integrales para el cáncer que buscan controlar la enfermedad y sus síntomas. En algunos casos, solo se requiere de seguimiento y controles periódicos con el médico tratante y el equipo de salud. 

El manejo multidisciplinario del cáncer hematológico desarrollado en nuestra institución ha permitido desarrollar un programa de atención integral para nuestros pacientes desde el diagnostico hasta el tratamiento definitivo. Contáctenos a través de los siguientes medios:

 

Línea de Cáncer Hematológico 

icono telefono Número móvil: 3213233204 

  cancerhematologia@fsfb.org.co 

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Dra. Lina Hernández

Cardiología

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