Enfermedades de transmisión sexual
Julio 15 de 2022
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), o infecciones de transmisión sexual (ITS), generalmente se adquieren por contacto sexual. Los organismos (bacterias, virus o parásitos) que causan las enfermedades de transmisión sexual pueden transmitirse de una persona a otra por la sangre, el semen o los fluidos vaginales y otros fluidos corporales.
En ocasiones, estas infecciones pueden transmitirse de forma no sexual, como de madre a hijo durante el embarazo o parto, o a través de transfusiones de sangre o agujas compartidas.
Las enfermedades de transmisión sexual no siempre presentan síntomas. Es posible contraer enfermedades de transmisión sexual de personas que parecen estar perfectamente sanas y que ni siquiera saben que tienen una infección.
Síntomas
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o las infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden tener diversos signos y síntomas, incluso la ausencia de síntomas. Es por eso que pueden pasar desapercibidas hasta que ocurren complicaciones o hasta que se diagnostica una pareja. Los signos y síntomas que pueden indicar una infección de transmisión sexual incluyen los siguientes:
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Llagas o protuberancias en los genitales o en la zona oral o rectal
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Dolor o ardor al orinar
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Secreción proveniente del pene
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Flujo vaginal inusual o con olor extraño
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Sangrado vaginal inusual
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Dolor durante las relaciones sexuales
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Dolor e inflamación de los ganglios linfáticos, particularmente en la ingle, aunque a veces más extendidos
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Dolor en la parte inferior del abdomen
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Fiebre
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Erupción en el tronco, las manos o los pies
Los signos y síntomas pueden aparecer unos días después de la exposición, o pueden pasar años antes de que tengas algún problema perceptible, según cada organismo.
Causas
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden ser causadas por:
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Bacterias (gonorrea, sífilis, clamidia)
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Parásitos (tricomoniasis)
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Virus (virus del papiloma humano, herpes genital, VIH)
La actividad sexual juega un papel en la propagación de muchos otros tipos de infecciones, aunque es posible infectarse sin contacto sexual. Los ejemplos incluyen los virus de la hepatitis A, B y C, la shigella y la Giardia intestinalis.
Factores de riesgo
Cualquier persona que sea sexualmente activa se arriesga a cierto grado de exposición a una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o a una infección de transmisión sexual (ITS). Los factores que pueden aumentar ese riesgo son los siguientes:
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Tener relaciones sexuales sin protección. La penetración vaginal o anal de una pareja infectada que no usa condón de látex aumenta considerablemente el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual. El uso inadecuado o inconstante de condones también puede aumentar el riesgo.
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El sexo oral puede ser menos riesgoso, pero las infecciones pueden transmitirse sin condón de látex o protector dental (un trozo cuadrado y delgado de caucho hecho con látex o silicona).
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Tener contacto sexual con varias parejas. Si tienes contacto sexual con más gente, mayor será tu riesgo. Esto válido tanto para las parejas concurrentes como para las relaciones monógamas consecutivas.
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Tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual. Tener una infección de transmisión sexual hace que sea mucho más fácil que otra infección de transmisión sexual se afiance.
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Cualquier persona forzada a tener relaciones sexuales o actividad sexual. Lidiar con una violación o un ataque sexual puede ser difícil, pero es importante ver a un médico lo antes posible para que te realicen análisis de detección, tratamiento y apoyo emocional.
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Abuso de alcohol o consumo de drogas recreativas. El abuso de sustancias puede inhibir tu juicio, haciendo que estés más dispuesto a participar en conductas de riesgo.
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Inyectarse drogas. El uso compartido de agujas transmite muchas infecciones graves, incluido el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C.
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Ser joven. La mitad de las infecciones de transmisión sexual ocurren en personas entre 15 y 24 años de edad.
Transmisión de la madre al bebé
Ciertas infecciones de transmisión sexual, como la gonorrea, la clamidia, el VIH y la sífilis, pueden transmitirse de una madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto. Las infecciones de transmisión sexual en los bebés pueden causar problemas graves o incluso la muerte. Todas las embarazadas deben someterse a un examen para detectar estas infecciones y recibir tratamiento.
Complicaciones
Debido a que muchas personas en las primeras etapas de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o de una infección de transmisión sexual (ITS) no tienen síntomas, la detección de las ITS es importante para prevenir complicaciones.
Algunas de las posibles complicaciones son las siguientes:
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Dolor pélvico
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Complicaciones en el embarazo
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Inflamación ocular
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Artritis
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Enfermedad inflamatoria pélvica
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Esterilidad
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Cardiopatía
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Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello uterino y rectal asociado con el virus del papiloma humano
Prevención
Hay varias maneras de evitar o reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual o infecciones de transmisión sexual.
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Abstente. La manera más eficaz de evitar las infecciones de transmisión sexual es no tener (abstenerse de) relaciones sexuales.
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Mantener una pareja no infectada. Otra forma fiable de evitar las infecciones de transmisión sexual es mantener una relación duradera y mutuamente monógama en la que ambas personas solo tienen relaciones sexuales entre sí y ninguna de ellas está infectada.
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Esperar y hacerse una prueba. Evite las relaciones sexuales vaginales y anales con nuevos compañeros hasta que ambos hayan sido examinados para detectar ITS. El sexo oral es menos riesgoso, pero utiliza un preservativo de látex o un protector dental para evitar el contacto directo (piel a piel) entre las membranas mucosas orales y genitales.
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Vacúnate. Vacunarse temprano, antes de la exposición sexual, también es efectivo para prevenir ciertos tipos de ITS. Existen vacunas para prevenir el virus del papiloma humano, la hepatitis A y la hepatitis B.
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Usa condones y protectores dentales de manera consistente y correcta. Usa un nuevo condón de látex o protector dental para cada acto sexual, ya sea oral, vaginal o anal. Nunca uses un lubricante a base de aceite, como vaselina, con un condón de látex o un protector dental.
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Los condones hechos de membranas naturales no se recomiendan porque no son tan efectivos para prevenir las ITS. Ten en cuenta que aunque los condones reducen el riesgo de exposición a la mayoría de las infecciones de transmisión sexual, proporcionan menos protección para las infecciones de transmisión sexual que conllevan úlceras genitales expuestas, como el virus del papiloma humano o el herpes. Además, los métodos anticonceptivos que no son de barrera, como las píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o los dispositivos intrauterinos (IUD, por sus siglas en inglés), no protegen contra las infecciones de transmisión sexual.
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No bebas alcohol en exceso ni uses drogas. Si estás bajo la influencia del alcohol o las drogas, es más probable que corras riesgos sexuales.
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Comunícate. Antes de cualquier contacto sexual serio, comunícate con tu pareja sobre la práctica de sexo seguro. Asegúrate de estar de acuerdo específicamente en qué actividades estarán bien y cuáles no.