Es una evaluación que implica la exploración física del cuerpo por parte del profesional de la salud, utilizando cuatro técnicas fundamentales. Estas incluyen la observación detallada del cuerpo (inspección), el tacto con los dedos para percibir texturas y estructuras (palpación), la escucha de sonidos internos mediante un estetoscopio (auscultación) y la aplicación de golpes suaves en áreas específicas del cuerpo (percusión).