Es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b, que afecta las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Los síntomas incluyen fiebre, náuseas, vómitos, convulsiones y rigidez en el cuello, entre otros. Además, a largo plazo, puede dar lugar a complicaciones graves como daño cerebral, pérdida de la audición e incluso la muerte.