Centro Familiar
La línea de servicio de embarazo y recién nacido es un servicio médico cuyo objetivo es brindar una atención integral, oportuna y continua de la mejor calidad a las personas en estado de embarazo y los recién nacidos, ya sea de forma ambulatoria o por medio del servicio de urgencias.
Teniendo en cuenta que el periodo de un embarazo está compuesto por 40 semanas y que la madre debe realizarse ecografías cada trimestre para conocer el estado de su bebé, es posible que se presenten algunas situaciones como:
Parto pretérmino o prematuro
Parto que se produce entre la semana 20 y la semana 36 más 6 días de embarazo contados desde la fecha de la última menstruación.
Amenaza de parto pretérmino
Presencia de contracciones uterinas dolorosas que se presentan entre la semana 20 y la semana 36 más 6 días de embarazo contados desde la fecha de la última menstruación. Estas contracciones pueden causar cambios en el cuello uterino como dilatación o acortamiento, que pueden terminar en un parto prematuro.
Preeclampsia
Complicación del embarazo caracterizada por un aumento de la presión arterial de la gestante. Puede ocurrir después de la semana 20 de gestación o incluso hasta seis semanas después del parto o la cesárea. La preeclampsia puede también presentar los siguientes signos y síntomas:
Presencia de proteínas en la orina.
Insuficiencia renal.
Enfermedad hepática.
Alteraciones neurológicas.
Afecciones hematológicas.
Afecciones del feto o la placenta.
Hemorragias del embarazo
Sangrado vaginal que ocurre en cualquier semana del embarazo. Las causas durante los primeros meses del embarazo pueden deberse a los siguientes factores:
Aborto o amenaza de aborto.
Embarazo ectópico o embarazo fuera del útero.
En el caso de sangrado en los últimos meses de gestación, las causas suelen ser por:
La placenta cubre total o parcialmente el cuello uterino.
Desprendimiento prematuro de placenta antes del parto
Ictericia en el recién nacido
Coloración amarillenta de la piel y las mucosas del recién nacido producto del aumento de la bilirrubina en la sangre, un compuesto de color amarillo que se encuentra en la bilis y que se produce cuando el cuerpo reemplaza los glóbulos rojos viejos por nuevos.
Bronquiolitis
Infección respiratoria que se presenta en niños pequeños. Por lo general, es producida por una infección viral que ocasiona congestión e inflamación de los bronquiolos.
Reflujo gastroesofágico
Incidente que se produce cuando la comida retrocede del estómago hacia el esófago. Si bien es cierto esto puede ser normal en los recién nacidos, luego de los 18 meses de edad puede presentarse como síntoma de una enfermedad digestiva.
Taquipnea del recién nacido
Aumento de la frecuencia respiratoria mayor a 60 respiraciones por minuto. Por lo general, se inicia en las primeras horas de vida y se resuelve a las 72 horas posteriores al nacimiento.
Hipoglicemia neonatal
Disminución del azúcar en sangre en los recién nacidos. Con frecuencia se manifiesta con disminución de la actividad física, intolerancia de la vía oral o flacidez de los músculos.
Deshidratación
Pérdida excesiva de agua y electrolitos. En los recién nacidos se produce por disminución de la lactancia.
Un oportuno control prenatal es la pieza fundamental para hacer un adecuado seguimiento del embarazo y diagnosticar cualquier enfermedad. Justamente, el servicio de embarazo y recién nacido cuenta con un equipo médico que se encarga del examen físico, toma de pruebas de embarazo y la realización de imágenes diagnósticas que permiten identificar el embarazo y la presencia de factores de riesgo.
El equipo multidisciplinario de la Fundación Santa Fe de Bogotá brinda a las personas gestantes y sus familias herramientas educativas que les permiten crear hábitos de autocuidado para identificar oportunamente signos de alarma en la gestante o el recién nacido.
Ante cualquier signo de alarma, es importante consultar al servicio de urgencias para tomar muestras de laboratorio, imágenes diagnósticas y pruebas de bienestar fetal que permitan emitir un diagnóstico oportuno.
Entre los signos de alarma que indican que es necesario acudir a urgencias se encuentran:
Dolor pélvico.
Tres o más contracciones en diez minutos.
Salida de líquido o sangrado por la vagina.
Disminución de movimientos fetales.
Tensión arterial elevada, mayor a 140/90 milímetros de mercurio.
Dolor de cabeza.
Dolor en la boca del estómago.
Visión borrosa.
Ver destellos de luz.
Escuchar pitidos en los oídos.
Intolerancia a la vía oral.
Ansiedad y tristeza constantes.
Ante la presencia de cualquiera de estos signos, se recomienda asistir a la evaluación médica de urgencia para evitar complicaciones futuras.
¿Cuáles son los signos de alarma en el recién nacido?
El recién nacido debe ser valorado por sus padres o cuidadores para identificar oportunamente signos de alarma y evitar potenciales complicaciones. Es importante identificar síntomas como:
Dificultad respiratoria: Es importante observar si el recién nacido presenta aleteo nasal, hundimiento de las costillas, sonido al respirar como si se estuviera quejando o pausas respiratorias.
Palidez.
Coloración morada de la piel alrededor de la boca o en todo el cuerpo.
Intolerancia a la leche materna.
Vómito frecuente.
Distensión abdominal.
Flacidez.
Falta de respuesta a cualquier estímulo.
Convulsiones.
Ausencia de orina por más de seis horas.
La Fundación Santa Fe de Bogotá cuenta con múltiples especialidades para atender las necesidades tanto de la madre como del recién nacido. El objetivo es brindar una atención integral y de calidad. Entre las especialidades se encuentran:
Ginecología
Pediatría.
Anestesia.
Enfermería.
Laboratorio clínico.
Vacunación.
Curso de preparación para la maternidad y la paternidad.
Unidad obstétrica.
Unidad de cuidados intensivos neonatal.
Unidad de apoyo a la lactancia materna.
Escuela para padres.
La línea de servicio para el embarazo y el recién nacido de la Fundación Santa Fe de Bogotá recomienda seguir los siguientes consejos para garantizar el bienestar de la gestante y del bebé, evitando complicaciones durante la gestión:
Seguir una dieta balanceada
Una nutrición balanceada es esencial durante el embarazo. Es importante que las gestantes asistan a una cita con el equipo de nutrición y que, a su vez, incluyan en su dieta los siguientes componentes para garantizar la buena salud de la madre y el desarrollo del bebé :
Ácido fólico: Una vitamina B que puede ayudar a prevenir ciertos defectos congénitos.
Hierro: Mineral importante para el crecimiento y el desarrollo cerebral del bebé.
Calcio: Durante el embarazo, el calcio puede reducir el riesgo de preeclampsia. El calcio también puede ayudar a la formación y el desarrollo de los huesos y dientes del bebé.
Vitamina D: Ayuda al calcio a formar los huesos y dientes del bebé. Todas las mujeres, embarazadas o no, deben recibir 600 unidades internacionales de vitamina D al día.
Realizar actividad física
La actividad física durante el embarazo es de vital importancia, pues ayuda a mantener e incluso mejorar la condición física de la madre. Si la gestante tiene sobrepeso, la actividad física y la buena alimentación pueden ayudar a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades como preeclampsia, dolor pélvico, dolor lumbar, y aumento excesivo de peso.
El plan nutricional debe iniciarse con la autorización del médico obstetra después de la semana 12 de gestación, cuando comienzan a disminuir los malestares del primer trimestre del embarazo.
Es importante tener en cuenta:
Mantenerse hidratada antes, durante y después del entrenamiento.
Comer una merienda antes del ejercicio para evitar la fatiga y el malestar físico mientras se hace ejercicio.
Realizar actividad física en un espacio abierto con adecuada ventilación.
Si es posible, realizar la rutina de ejercicios bajo la dirección de un profesional.
Cuidar la salud mental
La depresión y la ansiedad constituyen los problemas mentales más frecuentes durante el embarazo y luego del parto, también conocida como "depresión postparto". Los cambios propios de la gestación y la carga hormonal pueden afectar el estado emocional de la paciente obstétrica y desencadenar una depresión posparto. La Fundación Santa Fe de Bogotá recomienda mantener una adecuada salud mental mediante terapias psicológicas guiadas y apoyo emocional.
Descansar adecuadamente
Durante los primeros meses de embarazo es normal que se produzcan cambios en el sueño y el descanso. Al principio de la gestación, es común que la persona embarazada presente un aumento del sueño durante la mayor parte del día. Esto sucede por el aumento de la progesterona, la cual proporciona un efecto sedante en el cerebro.
A medida que el embarazo avanza y la gestante continúa sintiéndose cansada, es probable que presente dificultades para conciliar el sueño e incluso tenga episodios de insomnio. El insomnio o la dificultad para conciliar el sueño se debe a los cambios físicos y hormonales del cuerpo, así como a otros factores como, por ejemplo, la necesidad de orinar con mayor frecuencia, el aumento de la frecuencia cardíaca, la dificultad para respirar y los calambres en las piernas. La persona embarazada también puede presentar dolor de espalda, acidez y estreñimiento.
En este sentido, la Fundación Santa Fe de Bogotá recomienda:
Dormir y despertar a la misma hora todos los días.
Evitar ingerir líquidos o comidas abundantes horas antes de acostarse.
Evitar hacer ejercicio antes de acostarse.
Eliminar la ingesta de bebidas como refrescos, café y té. Estas bebidas contienen cafeína, lo que dificulta el sueño.
Realizar actividades relajantes antes de acostarte como leer un libro o tomar una ducha caliente puede ayudar a conciliar mejor el sueño.