Controles prenatales
Son controles que debe recibir toda mujer en estado de gestación. En el caso de que sea su primer embarazo, se recomiendan como mínimo diez controles, y si tiene uno o más hijos, debe realizarse mínimo siete.
Estos controles tienen el objetivo de identificar riesgos, condiciones de salud u otros factores físicos y psicosociales que puedan representar algún riesgo para la mujer, su proceso de gestación o el feto. Igualmente, en esos controles se determina la frecuencia con la que se debe asistir a consulta y cualquier requerimiento adicional, a partir de los hallazgos, exámenes y antecedentes.
Algunos de los beneficios de los controles prenatales son:
Mejorar la salud materna.
Promover el desarrollo del feto.
Identificar e intervenir tempranamente los riesgos del embarazo.
Crear condiciones óptimas que permitan un parto seguro.
Las mujeres deben consultar cuando se presenten retrasos de su ciclo menstrual o tengan síntomas de embarazo u otras situaciones que las lleven a sospecharlo. Estos síntomas pueden presentarse antes de la semana 10 de gestación.
En caso de embarazo, la periodicidad de los controles será mensual, desde la semana 10 hasta la semana 36. Entre la semana 36 y la semana 40 los controles se realizarán cada 15 días.
El plan integral del cuidado de la salud de la Fundación Santa Fe de Bogotá tiene como objetivo:
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- Brindar un manejo adecuado de la salud.
- Favorecer la información, la comunicación y educación de la mujer y su pareja o familia, con el fin de que haya mayor acompañamiento en el proceso.
- Ofrecer educación acerca de las habilidades que se requieren para proteger a la madre y al bebé durante la gestación.
- Preparar para que la maternidad y la paternidad se ejerzan de forma segura y emocionalmente efectiva.
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La gestación es el periodo de formación de un bebé, que permite su adecuado desarrollo, así como la preparación del cuerpo de la mujer para el sostenimiento y el cuidado de cada una de las etapas del embarazo y el parto.
La gestación se divide en trimestres, cada uno con características especiales.
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Primer trimestre: Durante este período ocurre la formación del embrión, su implantación en el útero y la formación de la placenta y del saco amniótico o bolsa en la que se mantiene durante el embarazo. También se forman los órganos, tejidos y sistemas del bebé, de acuerdo con sus características humanas.
En este período la mujer se prepara para mantener su embarazo y experimenta algunos síntomas, como cambios en el apetito, cese de la menstruación y algunos que son muy particulares de cada caso, como cansancio, aumento del sueño, náuseas, vómito e intolerancia a algunos alimentos u olores. Por esto es muy importante que la mujer inicie sus controles prenatales e incorpore cambios necesarios en sus hábitos de vida, que tienen que ver con una adecuada nutrición, actividad física, descanso y sueño, y precaución en el consumo de medicamentos o sustancias que puedan afectar al bebé, como humo del tabaco, alcohol y drogas.
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Segundo trimestre: en esta etapa el bebé termina su proceso de formación inicial. Sus órganos y tejidos maduran y aumenta el tamaño del bebé, que realiza movimientos perceptibles como aperturas y cierre de los ojos y la boca. Por su parte, los cambios físicos en la mujer también son notorios, como el abdomen globoso.
Es fundamental un continuo control y acompañamiento efectivo del equipo de salud, para que la paciente gestante tenga un aumento de peso y del apetito controlados, según el caso.
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Tercer trimestre: en este último trimestre los cuerpos de la madre y del bebé se preparan para el parto. El bebé ha ganado más peso y generalmente ya debe estar ubicado en posición de cabeza hacia la vagina, como preparación para el nacimiento. La mujer ya cuenta con un vientre más globoso, su peso aumenta de manera controlada y puede experimentar cansancio, incremento del sueño y mayor dificultad para, en ciertas ocasiones, realizar sus actividades normales.
- ¿Qué pruebas, factores de riesgo y controles se deben tener en cuenta?
- ¿Qué suplementos y vacunas se formulan durante la gestación?
- Vacunación
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Pruebas
Entre los controles prenatales, la mujer deberá realizarse varios exámenes para descartar posibles infecciones previas o durante el embarazo que pueden afectar la gestación y que deben ser atendidas de manera oportuna. Es importante que estos exámenes se realicen cada trimestre, para evaluarlos adecuadamente.
Entre esas pruebas están:
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Parcial de orina
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Hemograma
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Prueba para toxoplasmosis
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Prueba para la rubéola
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Prueba de VIH
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Serología
Si se encuentra alguna alteración en estas pruebas, el médico tratante indicará los tratamientos adecuados.
Ganancia de peso
La ganancia de peso es un aspecto que debe ser valorado y monitoreado durante el embarazo. En este sentido se tendrán en cuenta los siguientes parámetros:
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Si la mujer tiene un Índice de Masa Corporal menor de 20, durante el embarazo, suele ganar entre 12 y 18 kg.
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Si la mujer tiene un Índice de Masa Corporal entre 20 y 24,9, durante el embarazo suele ganar entre 10 a 13 kg.
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Si la mujer tiene un Índice de Masa Corporal entre 25 y 29,9, durante el embarazo suele ganar entre 7 a 10 kg.
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Si la mujer tiene un Índice de Masa Corporal mayor de 30, durante el embarazo suele ganar entre 6 a 7 kg.
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Factores de riesgo
La gestación es un proceso que debería suceder de manera normal y sin alteraciones. Sin embargo, deben identificarse algunos antecedentes de la mujer o situaciones propias del embarazo para actuar o realizar las evaluaciones oportunas que eviten posibles complicaciones.
Algunos de los factores de riesgo más comunes son:
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Primipaternidad, primera gestación o primer embarazo con la pareja: estas circunstancias se consideran factores de riesgo porque es la primera vez que el cuerpo de la mujer reconoce el material genético del espermatozoide del hombre. Esto puede llevar a situaciones como la preeclampsia, una complicación en la que aumenta la presión arterial de la mujer, durante el último trimestre del embarazo.
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Obesidad: se relaciona con un mayor riesgo de complicaciones, como preeclampsia y retrasos en el crecimiento del bebé.
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Enfermedades cardiovasculares (como la hipertensión arterial) pueden afectar el aporte sanguíneo a la placenta.
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Diabetes: puede afectar el adecuado desarrollo de la gestación y exige realizar un seguimiento minucioso del embarazo.
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Enfermedades autoinmunes: este tipo de patologías previas de la mujer requieren efectuar controles regulares que permitan monitorear el embarazo y administrar los tratamientos necesarios.
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Infecciones previas: si la mujer sabe que ha padecido infecciones deberá, en lo posible, antes de quedar embarazada, realizarse el tratamiento oportuno, pues se pueden producir graves afectaciones que afecten el desarrollo del bebé.
En caso de que se desconozca la existencia de infecciones previas, o que las infecciones sucedan durante la gestación, deberán tratarse oportunamente para controlar los posibles efectos, tanto en la mujer como en el bebé.
Por esto es importante que las mujeres que identifiquen factores de riesgo asociados a posibles infecciones acudan a su médico, para realizarse los exámenes y llevar el tratamiento necesario.
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Detección del riesgo tromboembólico
Durante el embarazo las mujeres deben recibir información y realizarse pruebas para evitar el riesgo tromboembólico.
Los siguientes son factores que incrementan la posibilidad de que ocurra un evento tromboembólico venoso:
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Trombofilias heredadas o adquiridas.
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Evento tromboembólico venoso previo a la gestación.
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Anemia de células falciformes.
Uno de los cuidados fundamentales antes de decidir un embarazo es que la mujer tenga una alimentación adecuada y no necesite suplementos adicionales.
Según las necesidades de cada mujer, durante la gestación se le indicará una formulación de vitaminas y micronutrientes. Sin embargo, esta suplementación no debe reemplazar la nutrición apropiada que la mujer debe recibir en esta etapa.
Durante el embarazo se recomienda que la mujer complete las vacunas y las dosis necesarias para disminuir el riesgo de contraer algunas enfermedades o sufrir incidentes que puedan afectar la gestación. El esquema de vacunación debe tener:
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Toxoide tetánico diftérico del adulto, según antecedente vacunal.
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Influenza estacional, a partir de la semana 14.
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Tétanos, difteria y tosferina acelular, a partir de la semana 26 de gestación.
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Urocultivo y antibiograma.
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Hemograma y hemoclasificación.
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Glicemia.
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Prueba rápida para VIH. Al respecto, se ofrece asesoría para la prueba voluntaria de VIH.
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Prueba treponémica rápida para sífilis.
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Antígeno de superficie para hepatitis B – HbsAg.
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Pruebas de inmunoglobulina G para rubéola en mujeres no vacunadas previamente, antes de la semana 16, si estas pruebas no se han realizado previamente al embarazo.
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Pruebas para detectar toxoplasmosis, infección por toxoplasma que no siempre produce enfermedad en la madre, pero que sí puede transmitirse al feto. Por esto, durante el embarazo, deben hacerse diferentes análisis para su detección, pues la gestante puede contraer la infección en cualquier momento de la gestación.
Si la prueba es negativa se debe hacer tamización mensual para identificar seroconversión. Estos factores serán explicados por el equipo de salud.
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Examen para detectar cáncer de cuello uterino, cuando este examen no se ha realizado en la consulta preconcepcional, de acuerdo con la técnica y la frecuencia establecidas en la Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud.
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Ecografías entre la semana 10 del embarazo más 6 días y la semana 13 más 6 días. Las ecografías se ejecutan para detectar aneuploidías, cambios en la estructura de los cromosomas que afectan el desarrollo del bebé.
Se recomienda que este examen lo realice un profesional en ginecología o radiología con el entrenamiento requerido, y que se reporte la razón de riesgo para posible presencia de síndrome de Down. Se debe ofrecer la asesoría, según el resultado, y remitir al obstetra para estudios confirmatorios en caso de tamizaje positivo.
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Si la paciente reside en zonas endémicas de malaria, debe realizarse tamizaje con gota gruesa.
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Hacer tamizaje en zonas endémicas para enfermedad de Chagas.