Infecciosas
Los síntomas de una infección urinaria incluyen:
Dolor o ardor al orinar.
Necesidad urgente y frecuente de orinar.
Orina turbia, con mal olor o con sangre.
Dolor en la parte inferior del abdomen o en la espalda baja.
Sensación de incomodidad o presión en la vejiga.
En algunos casos, fiebre o malestar general.
Si tienes una infección gastrointestinal, es importante mantener una buena hidratación, descansar y evitar alimentos irritantes como los picantes o grasos. Si los síntomas son leves, el tratamiento en casa suele ser suficiente, pero si los síntomas empeoran o se prolongan (como fiebre alta, sangre en las heces o signos de deshidratación), es fundamental buscar atención médica. También es importante evitar la automedicación con antibióticos sin la recomendación de un profesional.
Los síntomas de una infección respiratoria pueden variar según el tipo y la gravedad, pero los más comunes incluyen:
• Tos (seca o productiva).
• Dificultad para respirar o respiración rápida.
• Dolor o dolor de garganta.
• Congestión nasal o secreción nasal.
• Fiebre.
• Dolores musculares y cansancio.
• Sibilancias (sonidos agudos al respirar).
• Dolor en el pecho (en infecciones más graves como la neumonía).
Una infección respiratoria es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias, que incluyen la nariz, la garganta, los pulmones y otros órganos involucrados en la respiración. Estas infecciones pueden ser causadas por virus, bacterias o, en raros casos, por hongos. Pueden ser leves, como el resfriado común, o graves, como la neumonía.
Una infección del tracto urinario es una infección que afecta cualquier parte del sistema urinario, que incluye los riñones, ureteres, vejiga y uretra. Las infecciones urinarias son más comunes en las mujeres, aunque los hombres también pueden padecerlas. La mayoría de las ITU son causadas por bacterias, como Escherichia coli (E. coli), que entran en el tracto urinario.