Una lesión deportiva es cualquier daño físico que ocurre durante la práctica de una actividad deportiva o ejercicio físico.
Estas lesiones pueden afectar diversas estructuras del cuerpo, como músculos, tendones, ligamentos, huesos y articulaciones. Pueden ocurrir tanto en atletas profesionales como en personas que participan en actividades recreativas. Las lesiones deportivas pueden variar en gravedad, desde pequeñas molestias hasta daños graves que requieren intervención médica y rehabilitación prolongada.
Cuando participamos en actividades deportivas, nuestro cuerpo está sometido a diversas tensiones y movimientos repetitivos que pueden aumentar el riesgo de lesiones. Estas lesiones pueden ser agudas, como una torcedura de tobillo durante un partido de fútbol, o crónicas, como tendinopatía por el uso excesivo de ciertos grupos musculares. Independientemente de su naturaleza, las lesiones deportivas pueden interferir con la capacidad de una persona para participar en actividades físicas y afectar su calidad de vida.
Es importante comprender que las lesiones deportivas no solo afectan el rendimiento atlético, sino también la salud general y el bienestar emocional de la persona. Por lo tanto, es fundamental abordar estas lesiones de manera integral, desde la prevención hasta el tratamiento y la rehabilitación, con el fin de promover una recuperación completa y reducir el riesgo de futuras lesiones.
Tipo de lesiones
Las lesiones deportivas pueden manifestarse de diversas maneras y pueden variar en gravedad dependiendo del tipo y la extensión de la lesión. Es importante estar atento a los síntomas y buscar atención médica adecuada si experimentas alguno de los siguientes signos:
Dolor Agudo o Crónico: El dolor es uno de los síntomas más comunes de las lesiones deportivas y puede variar en intensidad y localización. Puede ser agudo, como una punzada repentina, o crónico, persistente durante un período prolongado. El dolor puede estar presente en el sitio de la lesión o irradiarse a áreas circundantes.
Inflamación e Hinchazón: La inflamación y la hinchazón son respuestas naturales del cuerpo a la lesión y pueden ser evidentes en el área afectada. Puedes notar que la zona lesionada está caliente al tacto y se ve hinchada o inflamada. Este síntoma es especialmente común en lesiones como esguinces, distensiones y tendinopatías.
Disminución de la Movilidad: Una lesión deportiva puede provocar una disminución en la amplitud de movimiento en la articulación afectada. Puedes notar dificultad para mover la articulación en todas las direcciones o experimentar rigidez y restricción en los movimientos normales. Este síntoma es típico en lesiones de rodilla, cadera y hombro.
Sensibilidad al Tacto: La zona lesionada puede ser sensible al tacto y sentirse dolorosa al presionarla suavemente. Esto puede indicar daño en los tejidos blandos o estructuras subyacentes, como músculos, tendones o ligamentos. Es importante prestar atención a cualquier sensación de sensibilidad anormal que pueda indicar una lesión más grave.
Dificultad para Soportar Peso: En lesiones que afectan las extremidades inferiores, como esguinces de tobillo o fracturas de pierna, es posible experimentar dificultad para soportar peso sobre la extremidad afectada. Esto puede dificultar la movilidad y la realización de actividades cotidianas, como caminar o correr.
Crepitación o Chasquido: Algunas lesiones, especialmente las que involucran articulaciones, pueden producir un sonido de crepitación o chasquido al mover la articulación afectada. Este sonido puede ser indicativo de daño en los cartílagos o la cápsula articular y debe ser evaluado por un profesional médico.
En Colombia, al igual que en otras partes del mundo, las lesiones deportivas pueden variar en tipo y gravedad. A continuación, se detallan algunos de los tipos más comunes de lesiones deportivas que se encuentran en la población colombiana:
Esguinces y Distensiones: Los esguinces ocurren cuando los ligamentos que conectan los huesos se estiran o desgarran, mientras que las distensiones afectan a los músculos o tendones. Estas lesiones son frecuentes en deportes que implican movimientos bruscos o cambios repentinos de dirección, como el fútbol, el baloncesto y el voleibol. En Colombia, representan una proporción significativa de las lesiones deportivas, especialmente entre los jóvenes y adultos que participan en actividades recreativas y competitivas.
Tendinopatías: La tendinopatía es la alteración del tendón y de las estructuras que lo rodean, generalmente causada por el uso excesivo o movimientos repetitivos. En Colombia, es común entre los deportistas que practican deportes que requieren movimientos repetitivos, como el tenis, el golf y el levantamiento de pesas. Los síntomas incluyen dolor y sensibilidad en el área afectada, así como rigidez y dificultad para moverse.
Fracturas: Las fracturas óseas pueden ocurrir como resultado de impactos directos, caídas o tensiones excesivas en los huesos. En Colombia, las fracturas son comunes en deportes de contacto como el rugby y el fútbol, en actividades de fuerzas repetitivas y prolongadas como en el running, así como en actividades de alta intensidad como el ciclismo de montaña y el skateboarding. Dependiendo de la gravedad, las fracturas pueden requerir inmovilización, cirugía y rehabilitación para una recuperación completa.
Lesiones de Rodilla: Las lesiones de rodilla son comunes en deportes que implican movimientos de torsión, como el fútbol y el baloncesto. En Colombia, el síndrome de la banda iliotibial y las lesiones del ligamento cruzado anterior son problemas frecuentes entre los deportistas. Estas lesiones pueden causar dolor, hinchazón y limitación en la movilidad, y a menudo requieren tratamiento médico y rehabilitación para restaurar la función normal de la rodilla.
Contusiones: Las contusiones, o moretones, son lesiones causadas por un golpe o impacto directo en los tejidos blandos del cuerpo, como músculos y piel. Si bien pueden ser leves y sanar por sí solas, las contusiones graves pueden causar daño muscular y hematomas profundos que requieren atención médica. En Colombia, las contusiones son comunes en deportes de contacto como el boxeo y el judo, así como en actividades recreativas como el ciclismo y el patinaje.
Luxaciones y Subluxaciones: Las luxaciones ocurren cuando un hueso se sale de su articulación, mientras que las subluxaciones son desplazamientos parciales de la articulación. Estas lesiones pueden ser dolorosas y limitar la movilidad, y a menudo ocurren en deportes que involucran impactos directos o caídas, como el rugby y el hockey sobre hielo. En Colombia, las luxaciones y subluxaciones son problemas frecuentes entre los deportistas y pueden requerir manipulación médica para volver a colocar la articulación en su posición correcta.
Existen una serie de factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de sufrir una lesión deportiva. Es crucial comprender estos factores para poder prevenir lesiones y promover una práctica deportiva segura y saludable.
Falta de Calentamiento y Enfriamiento Adecuados: La falta de un calentamiento adecuado antes de realizar actividad física intensa y de una vuelta a la calma o enfriamiento apropiado después de la misma puede aumentar el riesgo de lesiones musculares y articulares. Es importante tomarse el tiempo necesario para preparar el cuerpo para el ejercicio y permitir que se recupere adecuadamente después.
Sobrecarga o Sobre entrenamiento: El entrenamiento excesivo, el aumento repentino en la intensidad o la duración del ejercicio, así como la falta de descanso adecuado entre sesiones, pueden aumentar el riesgo de lesiones por uso excesivo.
Condiciones Climáticas Extremas: Las condiciones climáticas extremas, como el calor intenso, la humedad y la altitud, pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura y aumentar el riesgo de deshidratación y agotamiento por calor. En Colombia, donde se pueden experimentar diversas condiciones climáticas según la ubicación geográfica, es importante tomar precauciones adicionales durante la práctica deportiva, como mantenerse hidratado y evitar el ejercicio al aire libre durante las horas más calurosas del día.
Equipamiento Inadecuado: El uso de equipo deportivo inapropiado o en mal estado puede aumentar el riesgo de lesiones, ya sea debido a una protección insuficiente o a una mala alineación del cuerpo durante la actividad física.
Superficie de Juego Irregular: La práctica deportiva en superficies irregulares o inestables, como campos de juego en mal estado o terrenos accidentados, puede aumentar el riesgo de caídas, torceduras y lesiones por impacto. En Colombia, donde la topografía puede variar desde áreas urbanas hasta zonas rurales y montañosas, es importante elegir lugares de práctica seguros y mantener la superficie de juego en condiciones óptimas para reducir el riesgo de lesiones.
Malas Técnicas de Entrenamiento: Realizar movimientos incorrectos o utilizar una técnica de entrenamiento inadecuada puede aumentar el riesgo de lesiones musculoesqueléticas.
Otro factor de riesgo que podría ser mencionado es la falta de preparación física para la práctica deportiva. Aquella situación en donde los sujetos solo practican la disciplina deportiva sin tener un adecuado proceso de acondicionamiento físico adicional que les permita mantener su cuerpo y todas sus capacidades físicas en un nivel óptimo para responder a las demandas físicas del deporte.
Prevención
La prevención de lesiones deportivas es un componente fundamental para mantener la salud y el bienestar de los atletas y personas activas. Adoptar medidas de prevención adecuadas puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de lesiones y promover una práctica deportiva segura y saludable a largo plazo. A continuación, se detallan algunas estrategias y recomendaciones clave para la prevención de lesiones deportivas:
Calentamiento y Enfriamiento Adecuados: Realizar un calentamiento adecuado antes de la actividad física y una vuelta a la calma o enfriamiento apropiado después de la misma puede ayudar a preparar el cuerpo para el ejercicio y reducir el riesgo de lesiones musculares y articulares. El calentamiento debe incluir ejercicios de estiramiento dinámico, movilidad articular y actividades de baja intensidad para aumentar gradualmente la frecuencia cardíaca y la circulación sanguínea.
Ejercicio Progresivo y Moderación: Incrementar la intensidad, la duración o la frecuencia del ejercicio de forma gradual y progresiva puede permitir que el cuerpo se adapte y se fortalezca de manera segura, reduciendo el riesgo de lesiones por sobrecarga. Es importante escuchar al cuerpo y evitar el exceso de entrenamiento, así como dar tiempo adecuado para la recuperación entre sesiones de ejercicio intenso.
Técnica de Entrenamiento Correcta: Adoptar una técnica de entrenamiento adecuada y segura es esencial para prevenir lesiones deportivas. Esto incluye aprender la técnica apropiada para cada ejercicio y deporte, así como recibir instrucción y supervisión de entrenadores o profesionales capacitados para corregir errores posturales y de movimiento que puedan aumentar el riesgo de lesiones.
Uso de Equipamiento Adecuado: Utilizar equipo deportivo adecuado y en buen estado puede ayudar a proteger el cuerpo y reducir el riesgo de lesiones. Esto incluye calzado deportivo adecuado, protectores y soportes para articulaciones, y equipo de seguridad, como cascos, rodilleras y coderas, según sea necesario para el tipo de actividad física realizada.
Fortalecimiento y Flexibilidad Muscular: Incorporar ejercicios de fortalecimiento muscular y estiramientos regulares en la rutina de entrenamiento puede ayudar a mejorar la estabilidad, la resistencia y la flexibilidad de los músculos y las articulaciones, reduciendo así el riesgo de lesiones musculoesqueléticas. Un equilibrio adecuado entre fuerza y flexibilidad es crucial para prevenir lesiones.
Descanso y Recuperación: Priorizar el descanso y la recuperación adecuados es esencial para permitir que el cuerpo se recupere y se repare después del ejercicio. Esto incluye dormir lo suficiente, mantener una dieta equilibrada y nutritiva, realizar masajes deportivos de descarga muscular y tomar descansos regulares durante las sesiones de entrenamiento para prevenir la fatiga y el agotamiento.
Hidratación y Nutrición Adecuadas: Mantenerse adecuadamente hidratado y seguir una dieta equilibrada y nutritiva puede ayudar a mantener la salud óptima y reducir el riesgo de lesiones. Beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio, y consumir alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos, puede apoyar el rendimiento deportivo y la recuperación.
Evaluación Médica Regular: Realizar evaluaciones médicas regulares con profesionales de la salud puede ayudar a identificar factores de riesgo individuales, como desequilibrios musculares, debilidades o limitaciones de movimiento, que pueden aumentar el riesgo de lesiones. Estas evaluaciones pueden ayudar a desarrollar un plan de prevención personalizado y abordar cualquier problema de salud subyacente.
Educación y Conciencia sobre Lesiones: Brindar educación y conciencia sobre las lesiones deportivas, incluyendo los signos y síntomas comunes, las medidas de prevención y la importancia de la autoconciencia corporal, puede ayudar a los atletas a tomar medidas proactivas para proteger su salud y prevenir lesiones. Esto puede incluir capacitación en primeros auxilios, técnicas de estiramiento y fortalecimiento, y estrategias de prevención de lesiones específicas para cada deporte.
Al adoptar un enfoque holístico y proactivo hacia la prevención de lesiones deportivas, los atletas y personas activas pueden reducir significativamente el riesgo de lesiones y disfrutar de una práctica deportiva segura, saludable y sostenible a largo plazo. La prevención es clave para mantener el bienestar físico y promover un estilo de vida activo y vibrante.
Diagnóstico
El diagnóstico preciso de una lesión deportiva es fundamental para iniciar un tratamiento adecuado y facilitar la recuperación. Los profesionales médicos utilizan una variedad de métodos para evaluar y diagnosticar lesiones deportivas, que pueden incluir:
Historial Médico y Examen Físico: El médico comenzará por recopilar información detallada sobre tus síntomas, antecedentes médicos y actividades físicas recientes. Es importante proporcionar detalles precisos sobre cómo y cuándo ocurrió la lesión, así como cualquier síntoma asociado. Luego, realizará un examen físico completo para evaluar la función y la estabilidad de la articulación afectada, así como para buscar signos de inflamación, sensibilidad y limitación en la movilidad.
Pruebas de Imagen: Para obtener una imagen más clara de la lesión y confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar pruebas de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas (RM), ecografías o tomografías computarizadas (TC). Las radiografías son útiles para detectar fracturas óseas, mientras que la RM y la ecografía pueden proporcionar imágenes detalladas de tejidos blandos, como músculos, tendones y ligamentos. Estas pruebas son especialmente útiles en el diagnóstico de lesiones más complejas, como desgarros de ligamentos o lesiones de tejidos blandos.
Pruebas Funcionales: En algunos casos, se pueden realizar pruebas funcionales específicas para evaluar la estabilidad, la fuerza y la función de la articulación afectada. Estas pruebas pueden incluir pruebas de resistencia, flexibilidad, equilibrio y coordinación, y pueden ayudar a determinar el alcance de la lesión y su impacto en la capacidad de realizar actividades físicas.
Exámenes Especializados: Dependiendo de la naturaleza y la gravedad de la lesión, el médico puede recomendar exámenes especializados adicionales, como análisis de sangre para evaluar los marcadores de inflamación o daño tisular, electromiografía (EMG) para evaluar la función neuromuscular, o artroscopia para una visualización directa de las estructuras intraarticulares. Estos exámenes pueden proporcionar información adicional sobre la lesión y ayudar a guiar el plan de tratamiento.
Detección Temprana
La detección temprana de las lesiones deportivas es fundamental para iniciar un tratamiento adecuado y minimizar el riesgo de complicaciones a largo plazo. Reconocer los signos y síntomas iniciales de una lesión deportiva puede ayudar a intervenir rápidamente y prevenir el empeoramiento de la lesión.
Estrategias para la Detección Temprana:
Autoconciencia Corporal: Fomentar la autoconciencia corporal en los deportistas puede ayudarles a reconocer las señales tempranas de lesiones. Esto incluye educar a los deportistas sobre los síntomas comunes de las lesiones deportivas y animarlos a informar cualquier molestia o dolor anormal que experimenten durante la actividad física.
Evaluación Regular por Profesionales Médicos: Realizar evaluaciones médicas regulares con profesionales de la salud capacitados puede ayudar a detectar lesiones en sus etapas iniciales. Esto puede incluir exámenes físicos periódicos, pruebas de rendimiento funcional y evaluaciones de movimiento para identificar desequilibrios musculares o déficits en diversas capacidades físicas que puedan aumentar el riesgo de lesiones.
Uso de Tecnología y Monitoreo Biométrico: La tecnología moderna, como dispositivos de seguimiento de actividad física y monitores biométricos, puede ayudar a detectar cambios sutiles en el rendimiento y la salud física que pueden indicar una lesión inminente. Estos dispositivos pueden proporcionar datos objetivos sobre la frecuencia cardíaca, la velocidad, la movilidad articular y la sinergia corporal en gestos deportivos, la distancia recorrida y otros parámetros que pueden ser útiles para detectar anomalías o aquellos factores que aumentan la probabilidad de adquirir una lesión.
Educación y Entrenamiento en Prevención de Lesiones: Proporcionar educación y entrenamiento en prevención de lesiones a atletas, entrenadores y personal médico puede ayudar a crear conciencia sobre las prácticas seguras de entrenamiento y reducir el riesgo de lesiones. Esto puede incluir programas de calentamiento específicos, técnicas de entrenamiento adecuadas, uso adecuado del equipo deportivo y medidas de seguridad en el campo de juego.
Etapas de la Enfermedad
Las lesiones deportivas pueden pasar por varias etapas durante su curso, desde el momento del daño inicial hasta la recuperación completa. Aunque estas etapas pueden variar según la naturaleza y la gravedad de la lesión, así como la respuesta individual del cuerpo, a menudo siguen un patrón general que incluye las siguientes etapas:
Fase Aguda: En esta etapa inicial, que ocurre inmediatamente después de la lesión, el cuerpo experimenta una respuesta inflamatoria aguda. Puedes experimentar dolor intenso, hinchazón, enrojecimiento y calor en el área afectada. La función y la movilidad pueden estar severamente comprometidas, y es posible que sientas dificultad para realizar actividades cotidianas.
Fase Subaguda o de Reparación: Durante esta etapa, que generalmente ocurre en los días y semanas posteriores a la lesión, el cuerpo comienza el proceso de reparación de los tejidos dañados. Se forman nuevos tejidos, como colágeno y fibras musculares, para reemplazar las estructuras lesionadas. Puedes experimentar una disminución gradual del dolor y la inflamación, así como una mejora en la movilidad y la función.
Fase de Remodelación y Rehabilitación: En esta etapa, que puede durar varias semanas o meses, el cuerpo continúa el proceso de remodelación de los tejidos lesionados para restaurar su estructura y función normal. Esto puede implicar la mejora de la fuerza, la movilidad y la estabilidad de los tejidos y articulaciones afectadas a través de ejercicios de rehabilitación y terapia física especializada. Es importante seguir un plan de rehabilitación personalizado diseñado por un profesional médico para promover una recuperación completa y prevenir futuras lesiones.
Fase de Retorno a la Actividad: Una vez que los tejidos lesionados han sanado adecuadamente y se ha restaurado la función normal, puedes comenzar gradualmente a reintroducir actividades físicas y deportivas. Es importante seguir un programa de retorno al deporte gradual y progresivo, supervisado por un profesional médico, para minimizar el riesgo de recaídas y lesiones recurrentes. Esto puede incluir evaluaciones de rendimiento funcional, entrenamiento específico y monitoreo continuo de los síntomas.
Fase de Mantenimiento y Prevención: Después de regresar a la actividad deportiva, es importante continuar con un programa de mantenimiento que incluya ejercicios de fortalecimiento, estabilidad, estiramiento y condición física para prevenir futuras lesiones. Esto puede implicar cambios en la técnica de entrenamiento, el uso de equipo deportivo adecuado y la adopción de prácticas seguras durante la actividad física. La educación en prevención de lesiones y la conciencia corporal también son fundamentales para evitar recaídas y promover una práctica deportiva segura y saludable a largo plazo.
El tratamiento de las lesiones deportivas implica una combinación de medidas destinadas a aliviar el dolor, promover la curación de los tejidos lesionados, restaurar la función normal y prevenir futuras complicaciones. El enfoque del tratamiento puede variar según el tipo y la gravedad de la lesión, así como las necesidades individuales del paciente, pero generalmente incluye las siguientes estrategias:
Descanso y Protección: En las primeras etapas del tratamiento, es importante descansar la zona afectada y evitar actividades que puedan empeorar la lesión. Esto puede implicar la inmovilización de la articulación con una férula, vendaje o dispositivo ortopédico para protegerla y permitir que los tejidos lesionados se reparen adecuadamente. Sin embargo, a pesar del estado agudo e inmovilización de la lesión, en estas primeras etapas fisioterapia deportiva lleva a cabo un manejo analgésico y antiinflamatorio en los tejidos involucrados en la lesión, así como también un trabajo de fortalecimiento y mantenimiento físico de las zonas circundantes a la lesión y el resto del cuerpo para evitar el desacondicionamiento físico y la disminución significativa del rendimiento deportivo. Esto contribuye y potencializa al éxito y eficiencia del tratamiento en las fases posteriores de rehabilitación deportiva.
Aplicación de Frío y Calor: La aplicación de hielo (crioterapia) durante las primeras 48 horas después de la lesión puede ayudar a reducir la inflamación, aliviar el dolor y promover la curación. Posteriormente, la aplicación de calor (termoterapia) puede ayudar a relajar los músculos tensos y mejorar la circulación sanguínea, facilitando la recuperación.
Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para controlar el dolor y la inflamación, como analgésicos de venta libre (por ejemplo, ibuprofeno o paracetamol) o medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs). Los medicamentos tópicos, como cremas y ungüentos antiinflamatorios, también pueden ser útiles para aliviar el dolor localizado.
Rehabilitación y Terapia Física Deportiva: La terapia física y la rehabilitación son componentes clave del tratamiento de las lesiones deportivas, especialmente en lesiones musculoesqueléticas y articulares. Los programas de rehabilitación deportiva incluyen técnicas de terapia manual, así como ejercicios de fuerza progresiva, restauración y aumento de los rangos de movimiento articular, estabilidad estática y dinámica, y circuitos de ejercicio funcional basados en la actividad física o deporte del sujeto con el objetivo de realizar una aproximación y transferencia segura a las actividades reales que sucederán posterior a su rehabilitación.
Modalidades de Terapia Física: Las modalidades de terapia física, como la electroterapia, la ultrasonografía, la estimulación eléctrica y la terapia láser, pueden ser utilizadas para aliviar el dolor, reducir la inflamación y promover la curación de los tejidos lesionados. Estas técnicas pueden ser complementarias a la terapia física especializada y pueden ayudar a acelerar el proceso de recuperación.
Intervenciones Médicas Específicas: En algunos casos, pueden ser necesarias intervenciones médicas específicas para tratar lesiones graves o complicadas. Esto puede incluir procedimientos quirúrgicos, como reparación de tejidos, reconstrucción de ligamentos, reducción de fracturas o artroscopia para una visualización directa y tratamiento de lesiones intraarticulares.
Adaptaciones y Modificaciones de Actividad: Durante el proceso de recuperación, es importante realizar adaptaciones y modificaciones en la actividad física para evitar el estrés adicional en la zona lesionada. Esto puede incluir la reducción de la intensidad, la duración o la frecuencia del ejercicio, así como la adopción de técnicas de entrenamiento alternativas para mantener la condición física general.
Educación y Asesoramiento: Proporcionar educación y asesoramiento sobre la lesión, el proceso de recuperación y las estrategias de prevención puede ayudar al paciente a comprender mejor su condición y tomar medidas para evitar futuras lesiones. Esto puede incluir consejos sobre la técnica de entrenamiento adecuada, el uso de equipo deportivo adecuado y la adopción de prácticas seguras durante la actividad física.
Al trabajar en equipo y aprovechar la experiencia de diversas especialidades médicas y profesionales de la salud, se puede proporcionar una atención integral y personalizada para el tratamiento de las lesiones deportivas, facilitando una recuperación exitosa y un retorno seguro a la actividad física y deportiva.
Médico Deportólogo o Médico del Deporte: Los médicos especializados en medicina deportiva tienen experiencia en el diagnóstico, tratamiento y prevención de lesiones relacionadas con la actividad física y el deporte. Ellos proporcionan evaluaciones médicas integrales, manejo del dolor, prescripción de medicamentos, y supervisión del tratamiento y la rehabilitación.
Ortopedista o Cirujano Ortopédico: Los ortopedistas se especializan en el tratamiento quirúrgico y no quirúrgico de lesiones musculoesqueléticas, como fracturas, luxaciones, esguinces, distensiones y desgarros de ligamentos. Ellos pueden realizar cirugías reconstructivas, reparadoras o de reconstrucción articular en casos de lesiones graves.
Fisioterapeuta Deportivo: Los fisioterapeutas deportivos son profesionales especializados en la prevención de lesiones deportivas y la rehabilitación física y funcional de los diversos niveles de actividad física y del deporte amateur y profesional. Ellos diseñan programas de prevención de lesiones, de ejercicio terapéutico y de rehabilitación con progresión al ámbito deportivo, aplican técnicas de terapia manual, diversas modalidades terapéuticas novedosas basadas en la evidencia científica y programas de educación para ayudar en la recuperación de lesiones deportivas y mejorar la función y el rendimiento físico.
Terapeuta Ocupacional: Los kinesiólogos y terapeutas ocupacionales se centran en la restauración y mejora de la función física y ocupacional. Ellos trabajan en estrecha colaboración con los pacientes para desarrollar programas de ejercicios específicos, mejorar la movilidad, la fuerza y la coordinación, y facilitar la reintegración a las actividades diarias y laborales.
Médico Rehabilitador: Los médicos rehabilitadores se especializan en la gestión integral de la rehabilitación física y funcional. Ellos coordinan el tratamiento multidisciplinario, prescriben medicamentos y técnicas de rehabilitación, y brindan apoyo emocional y educación al paciente y a su familia durante el proceso de recuperación.
Nutricionista Deportivo: Los nutricionistas especializados en deporte proporcionan orientación nutricional individualizada para optimizar el rendimiento deportivo y apoyar la recuperación de lesiones. Ellos diseñan planes de alimentación adecuados para promover la curación, mantener la masa muscular y prevenir deficiencias nutricionales.
Psicólogo Deportivo: Los psicólogos deportivos brindan apoyo emocional, asesoramiento y técnicas de manejo del estrés para ayudar a los atletas a superar los desafíos psicológicos asociados con las lesiones deportivas. Ellos pueden ayudar a los pacientes a establecer metas realistas, mejorar la resiliencia y mantener una actitud positiva durante el proceso de recuperación.

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