Ataque Cerebrovascular
¿Qué es un ACV?
El ACV es una patología que ocurre cuando uno de los vasos sanguíneos es obstruido por un coágulo o trombo que impide el flujo de sangre en una parte del cerebro.
En cualquiera de los dos casos, hay partes del cerebro que se dañan o mueren. Un ataque cerebrovascular puede provocar daño cerebral duradero, discapacidad a largo plazo o, incluso, la muerte.
Los hábitos de vida saludable, sin duda son la mejor decisión sobre la disminución de los riesgos y probabilidades de presentar un ACV, pero sin duda reconocer los síntomas de un ataque cerebrovascular y tomar de decisiones efectivas frente a su presencia puede ser la diferencia en la vida y/o la calidad de vida en las personas que los presenten.
![ACV Ataque Cerebro Vascular](/sites/default/files/2024-03/acv_fundacion_santa_fe_0.jpg)
Factores de Riesgo
Recuerda: Estos inician de manera súbita y al identificar alguno de ellos debes llamar inmediatamente a la Línea de Emergencias 123 o acudir a Urgencias Hospitalarias.
Factores de riesgo modificables
- Hipertensión arterial mal controlada.
- Tabaquismo y alcohol
- El uso de anticonceptivos orales conlleva un riesgo aún mayor.
- La Diabetes Mellitus.
- Una dieta poco saludable.
- Sedentarismo.
- Sobrepeso y obesidad
- Niveles de colesterol elevado.
- Las enfermedades arteriales: el desarrollo de ateroesclerosis permite la aparición de trombos y émbolos que pueden llegar al cerebro.
Factores de riesgo no modificables
- Edad: el riesgo de ACV se dobla cada diez años después de los 55 años.
- ·Historia familiar de ataque cerebrovascular: padres, abuelos o hermanos, especialmente antes de los 65 años.
- Raza: Los afrodescendientes tienen un riesgo más elevado, sobre todo por su mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes y obesidad.
- Sexo: Las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir un ACV, debido a situaciones como el embarazo, historia de preeclampsia/eclampsia y diabetes gestacional, uso de anticonceptivos orales y terapia hormonal postmenopáusica.
- Ataque cerebrovascular previo: El riesgo se incrementa con la existencia de episodios previos y también por ataques isquémicos transitorios.
Centro de Ataque Cerebro Vascular
Síntomas de un ACV
Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo. Se puede experimentar confusión, dificultad para articular las palabras o para entender lo que se dice.
Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna. Puede desarrollarse entumecimiento repentino, debilidad o parálisis en la cara, el brazo o la pierna. Esto a menudo afecta solo un lado del cuerpo.
Alteración del campo visual: Problemas para ver en uno o ambos ojos. Repentinamente, puede tenerse visión borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o puede verse doble.
Dolor de cabeza. Un dolor de cabeza súbito y grave, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento. “El peor dolor de cabeza de la vida”
Problemas para caminar. Puede haber tropiezos o pérdida del equilibrio, así como pérdida de coordinación.
![ACV isquémico](/sites/default/files/2024-03/shutterstock_668057440.jpg)
Diagnóstico
Examen físico: Se aplica escala NIHSS para evaluar las funciones neurológicas afectadas y el deterioro causado por un ataque cerebrovascular.
Pesquisa vascular: Perfil cardio metabólico (colesterol, triglicéridos, hemoglobina glicosilada) o búsqueda de enfermedades autoinmunes y problemas de coagulación.
Imágenes diagnósticas: Un TAC o resonancia magnética cerebral pueden ubicar y caracterizar las estructuras afectadas y el sitio donde se presentan.
Angiotac: Imágenes de los vasos sanguíneos dentro y alrededor del cerebro, que permiten detectar anomalías como malformaciones arteriovenosas, trombos y aneurismas.
Perfusión cerebral por tomografía computada (PTC): es una técnica radiológica que permite una rápida evaluación cualitativa y cuantitativa de la perfusión cerebral, mediante la generación de mapas de colores que representan el comportamiento de la microcirculación cerebral.
![Ataque Cerebro Vascular Hisquémico](/sites/default/files/2024-03/shutterstock_2284571133-compressed_0.jpg)
Nuestros servicios
En la Fundación Santa Fe de Bogotá contamos con el Centro de Cuidado Clínico de Ataque Cerebrovascular (ACV), en el cual se brinda un manejo especializado y multidisciplinario. Sus servicios se basan en la mejor evidencia científica disponible, con el fin de ofrecer una atención con los más altos estándares de seguridad y calidad.
Desde el año 2013, el Centro de Cuidado Clínico de ACV ha trabajado constantemente para ofrecer el mejor servicio y atención a personas que presentan un ACV, dando respuesta a una de las principales causas de muerte e incapacidad en el mundo.
En 2016, la Joint Commission International le otorgó la certificación como centro de excelencia y en 2022 la recertificación.
En el manejo del paciente participa un grupo multi e interdisciplinario:
- Anestesiología
- Neurocirugía
- Neurointervencionismo
- Neurología
- Personal de enfermería capacitado y entrenado
- Radiología (Neuroradiología)
- Rehabilitación integral
- Salas de cirugía
- Unidad de cuidados intensivos (Neuro UCI)
El rol de las distintas especialidades en el manejo de un ataque cerebrovascular:
- Fisiatría: Valoración de los déficits, las limitaciones en el desempeño de las actividades y restricciones en la participación
Fisioterapia: Recuperación de la fuerza muscular, la marcha, el equilibrio y la coordinación
Neuro intervencionismo: Técnica mínimamente invasiva que permite el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades cerebrovasculares. Tiene como ventaja tiempos cortos de recuperación y rápida incorporación a la vida familiar, social y laboral; ya que no se da una manipulación directa del cerebro o médula ósea.
Neurología: Especialidad médica a cargo del estudio del sistema nervioso y de las enfermedades del cerebro, la médula, los nervios periféricos y los músculos.
Nutrición: Valoración de los pacientes para detectar aquellos que tengan riesgos nutricionales y diseñar un plan de intervención basado en la educación del paciente y su familia.
Psiquiatría y Psicología: Acompaña al paciente y su familia por estados de depresión y brinda las herramientas necesarias para afrontar el proceso de enfermedad.
Terapia del habla: Recuperación de las habilidades de comunicación verbal.
Terapia ocupacional: Para recuperar las actividades de la vida diaria, entre ellas las relacionadas con el autocuidado (vestirse, lavarse los dientes, entre otras).
Trabajo social: Contribuye en la atención de los pacientes y familias, dando acompañamiento y orientación para recuperar y mantener las habilidades necesarias para enfrentar el proceso médico.