Personas entre 29 y 59 años
Entre los 29 y 59 años, muchas personas están en plena etapa laboral, familiar y social. Sin embargo, durante estos años también pueden aparecer condiciones respiratorias que avanzan sin mostrar síntomas evidentes al comienzo. Detectarlas a tiempo es clave para evitar complicaciones a futuro y mantener la capacidad respiratoria.
¿A quién se debe hacer evaluación médica?
La evaluación médica permite detectar enfermedades pulmonares antes de que causen complicaciones. Se recomienda hacerlo a personas que tengan uno o más de los siguientes factores de riesgo:
Personas que fuman actualmente o que fumaron durante muchos años (más de 10 años de exposición).
Quienes han estado expuestos por mucho tiempo al humo de leña o carbón en el hogar.
Personas que tuvieron tuberculosis pulmonar, una infección que afecta los pulmones y puede dejar secuelas respiratorias.
Personas con síntomas persistentes como tos continua, disnea (sensación de falta de aire) o sibilancias (silbidos en el pecho al respirar).
Uso de espirometría pre y post broncodilatador
Uso de espirometría antes y después del broncodilatador
La espirometría es una prueba simple y útil para saber cómo están funcionando los pulmones. Para hacer un diagnóstico más preciso, se realiza en dos pasos:
Antes del broncodilatador (pre broncodilatador): se mide la respiración normal del paciente, es decir, su capacidad pulmonar basal, sin medicamentos.
Después del broncodilatador (post broncodilatador): se aplica un medicamento inhalado que ayuda a abrir las vías respiratorias, y luego se repite la prueba para ver si la respiración mejora.
Esta comparación permite saber si hay una obstrucción reversible (como ocurre en el asma) o si la obstrucción es permanente o fija (como en el EPOC).
Instrumentos estandarizados para valorar síntomas y función respiratoria
Además de la revisión médica general, se pueden usar herramientas especiales y confiables para evaluar mejor los síntomas respiratorios, como:
El cuestionario CAT, que mide cómo afecta el EPOC en la vida diaria.
La escala mMRC, que evalúa qué tanto cuesta respirar durante actividades comunes.
Otros índices de riesgo que ayudan cuando se sospecha una enfermedad pulmonar crónica, es decir, una afección de los pulmones que dura mucho tiempo.
Remisión a Neumología: ¿cuándo es necesaria?
El médico general debe remitir al paciente al especialista en Neumología (especialista en enfermedades del pulmón) cuando ocurren las siguientes situaciones:
La espirometría muestra que hay una obstrucción en las vías respiratorias.
Se sospecha un asma difícil de controlar o que presenta crisis repetidas (exacerbaciones frecuentes), es decir, momentos en los que los síntomas empeoran de forma repentina.
El paciente no mejora con el tratamiento inicial.
Hay secuelas respiratorias después de enfermedades como la tuberculosis.
Aparecen síntomas complejos como hemoptisis (tos con sangre), pérdida de peso sin causa aparente o dificultad para respirar que empeora con el tiempo.
¿Qué síntomas respiratorios no deben ignorarse en esta etapa de la vida?
La presencia continua de tos, dificultad para respirar, fatiga al subir escaleras o producción frecuente de flema puede indicar una alteración de la función pulmonar. Los síntomas más importantes a tener en cuenta incluyen:
Tos crónica (más de 8 semanas).
Disnea progresiva (falta de aire con el esfuerzo o incluso en reposo).
Sibilancias (ruidos al respirar).
Infecciones respiratorias repetidas.
Sensación de opresión torácica.
Relación entre factores de riesgo y alteraciones respiratorias
Los factores de riesgo como el tabaquismo activo o pasivo, la exposición a biomasa (leña, carbón), o los antecedentes de tuberculosis tienen un impacto acumulativo en la salud pulmonar. Estas exposiciones producen inflamación crónica de las vías respiratorias, deterioro estructural del pulmón y reducción progresiva de la función pulmonar, incluso sin que el paciente lo note inicialmente. Es por esto por lo que las guías clínicas insisten en realizar tamizaje a este grupo poblacional, aún sin síntomas.
Importancia del diagnóstico precoz en atención primaria
La detección precoz en los niveles de atención primaria permite identificar enfermedades pulmonares crónicas antes de que se produzca daño irreversible. El personal médico debe estar capacitado para interpretar los resultados de la espirometría, aplicar cuestionarios clínicos estandarizados y derivar oportunamente al especialista.
Un diagnóstico temprano puede mejorar el pronóstico, evitar crisis respiratorias, reducir el uso de urgencias y mejorar la calidad de vida del paciente. Además, permite implementar estrategias de cesación tabáquica o cambios de exposición ambiental en fases donde aún es posible revertir el deterioro funcional.
Rol del paciente en la prevención y el control respiratorio
No fumar o dejar de fumar con ayuda profesional.
Ventilar adecuadamente los espacios donde cocina o trabaja.
No subestimar síntomas persistentes.
Cumplir con los controles médicos y repetir la espirometría cuando se indique.
Aprender a reconocer las señales de alarma como la disnea intensa o la tos con sangre.
Solicitar una evaluación respiratoria si pertenece a un grupo de riesgo, incluso si se siente bien.
¿Qué significa tener EPOC o asma sin diagnosticar?
Significa vivir con una enfermedad respiratoria que está dañando tus pulmones sin que lo sepas. Muchas personas entre los 29 y 59 años tienen tos frecuente, falta de aire o fatiga al hacer ejercicio, y piensan que es por estrés, alergias o edad, cuando en realidad puede tratarse de EPOC (en mayores de 40 años) o asma.
No saberlo retrasa el tratamiento, lo hace incompleto o mal enfocado. Con el tiempo, esto puede llevar a mayor deterioro de la función pulmonar, crisis respiratorias graves, hospitalizaciones e incluso dependencia de oxígeno.
¿Por qué la espirometría es una prueba que todos deberían conocer?
La espirometría permite detectar enfermedades respiratorias antes de que aparezcan síntomas graves o se pierda función pulmonar de forma irreversible.
Es especialmente útil si tienes factores de riesgo como haber fumado, estar expuesto a humo o contaminación, o si presentas tos, fatiga o falta de aire sin explicación clara.
La prueba es sencilla, no duele, dura pocos minutos y ofrece resultados inmediatos sobre cómo estás respirando. También es muy útil para hacer seguimiento si ya tienes un diagnóstico como EPOC o asma, y ver si el tratamiento está funcionando.
Referencia
[1] G. Cavada et al., “Diagnóstico precoz de enfermedades pulmonares por espirometría en atención primaria,” *Revista Médica Clínica Las Condes*, vol. 21, no. 5, pp. 621–629, 2010. [Online]. Available: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-20…
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