Cervicalgia
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La cervicalgia se refiere a una condición en la que se experimenta dolor en la región cervical, específicamente, en la porción posterior y lateral del cuello. Puede presentarse de forma aguda (repentina y de corta duración) o puede ser crónica (constante y de larga duración). La cervicalgia puede afectar significativamente la calidad de vida de quien la padece, ya que puede interferir con las actividades cotidianas.
Síntomas
La cervicalgia puede manifestarse de diversas formas y sus síntomas pueden variar en intensidad y duración. A continuación, detallamos los síntomas más comunes asociados a la cervicalgia:
Dolor en el Cuello: El dolor en la región cervical, generalmente se experimenta en la parte posterior y lateral del cuello. Este dolor puede ser constante o intermitente y puede variar desde leve hasta severo.
Rigidez Muscular: Los músculos del cuello pueden sentirse tensos y acortados, lo que dificulta la movilidad del cuello y puede provocar molestias al intentar girar la cabeza o inclinarla hacia adelante o hacia atrás.
Dolor que Irradia hacia los Hombros y los Brazos: En algunos casos, el dolor cervical puede irradiarse hacia los hombros, los brazos o incluso las manos. Esta irradiación del dolor puede seguir el patrón de los nervios que salen de la columna cervical y puede estar asociada con entumecimiento, hormigueo o debilidad en los brazos.
Dolores de Cabeza: La cervicalgia también puede estar asociada con dolores de cabeza, especialmente en la parte posterior de la cabeza o en la base del cráneo. Estos dolores de cabeza pueden ser tensionales o pueden presentarse como migrañas, y pueden empeorar con ciertos movimientos del cuello o con el estrés emocional.
Tipos
En Colombia, la cervicalgia puede clasificarse en:
Cervicalgia mecánica: Es la más común y está relacionada con los movimientos abruptos o esfuerzos musculares adyacentes a las estructuras cervicales. Afecta a personas de todas las edades, pero es más frecuente en adultos mayores. En Colombia, se estima que el 30% de la población adulta experimenta cervicalgia mecánica en algún momento de sus vidas.
Cervicalgia postural: Ocurre debido a mal higiene postural mantenida durante mucho tiempo. Se estima que el 40% de los trabajadores colombianos de oficina experimentan cervicalgia postural.
Cervicalgia traumática: Resulta de lesiones o accidentes, como caídas o colisiones automovilísticas.
Etapas de la Enfermedad
Aunque estas etapas pueden variar de un paciente a otro, aquí se describen las etapas típicas de la enfermedad:
Etapa Inicial o Aguda:
En esta etapa, se presentan síntomas de dolor cervical que pueden aparecer repentinamente después de una lesión traumática, como un accidente automovilístico, una caída o una lesión deportiva, o pueden desarrollarse gradualmente debido a malas posturas o estrés prolongado en el cuello.
El dolor cervical agudo es de corta duración y puede ser intenso. Se experimenta rigidez en el cuello, dolor que se irradia hacia los hombros y los brazos, y dificultad para mover el cuello.
En esta etapa, el objetivo del tratamiento es aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la movilidad del cuello. Se pueden utilizar medicamentos analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares, así como terapia física.
Etapa Subaguda:
En esta etapa, los síntomas se presentan durante varias semanas o meses, el dolor puede disminuir en intensidad, pero aún puede ser persistente y limitar la función del cuello. Los pacientes pueden experimentar episodios recurrentes de dolor cervical y rigidez muscular.
El tratamiento en esta etapa se centra en la rehabilitación del cuello y la prevención de la cronicidad.
La terapia física intensiva, consistente en ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, representan el pilar fundamental para el manejo de la cervicalgia. Adicionalmente, es necesario dirigir un tratamiento para el estrés y educación sobre la ergonomía y las posturas correctas.
Etapa Crónica:
Si la cervicalgia no se trata adecuadamente en las etapas anteriores, puede convertirse en una condición crónica, caracterizada por la persistencia del dolor cervical durante más de tres meses.
El dolor cervical puede volverse más constante y debilitante, puede estar asociado con otros síntomas, como depresión, ansiedad y dificultades para conciliar el sueño.
El tratamiento de la cervicalgia crónica puede ser más desafiante y puede requerir un enfoque multidisciplinario que incluya medicamentos para controlar el dolor, terapias físicas y ocupacionales, técnicas de manejo del estrés, terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.
Factores de riesgo
A continuación, detallamos los principales factores de riesgo:
Mal Higiene Postural: Pasar largas horas en una postura incorrecta, ya sea sentado frente a un escritorio, inclinado sobre un teléfono móvil o de pie con una mala alineación corporal, puede ejercer presión adicional sobre las estructuras del cuello y contribuir al desarrollo de cervicalgia.
Falta de Actividad Física: La falta de ejercicio y el estilo de vida sedentario pueden debilitar los músculos del cuello y aumentar la rigidez articular.
Lesiones Traumáticas: Los accidentes automovilísticos, las caídas y otros tipos de lesiones traumáticas pueden causar daño a las estructuras del cuello, como los músculos, los ligamentos y los discos intervertebrales.
Estrés Emocional y Tensión Muscular: Pueden desencadenar o empeorar la cervicalgia al aumentar la contracción de los músculos del cuello y los hombros.
Sobrepeso u Obesidad: El exceso de peso corporal puede ejercer una presión adicional sobre las estructuras del cuello.
Prevención
Aquí hay algunas estrategias y medidas de prevención que pueden ayudar:
Mantener una Buena Postura: Adoptar y mantener una postura adecuada mientras se está sentado, de pie y al levantar objetos pesados es esencial para prevenir la tensión excesiva en el cuello y la columna vertebral.
Ergonomía en el Trabajo y en el Hogar: Asegurarse de que el entorno de trabajo esté configurado de manera ergonómica para reducir la tensión en el cuello y la espalda. Esto puede incluir ajustar la altura del escritorio y la silla, colocar el monitor de la computadora a la altura de los ojos y usar un teclado y un mouse ergonómicos.
Practicar Buenas Técnicas de Levantamiento: Al levantar objetos pesados, se deben doblar las rodillas y mantener la espalda recta en lugar de inclinarse hacia adelante desde la cintura, lo que puede poner presión adicional en el cuello y la columna vertebral.
Mantener una Buena Condición Física: El ejercicio regular, como caminar, nadar o practicar yoga, puede ayudar a fortalecer los músculos del cuello, la espalda y los hombros, mejorar la flexibilidad y reducir el riesgo de lesiones.
Tomar Descansos y Estirarse Regularmente: Los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a mantener la flexibilidad y la movilidad del cuello y prevenir la rigidez muscular.
Manejar el Estrés: Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a reducir la tensión muscular y aliviar el dolor en el cuello.
Evitar el Tabaco y el Consumo Excesivo de Alcohol: Aumentan la inflamación y afectar la circulación sanguínea en los tejidos del cuello y la espalda.
Diagnóstico / Detección
El diagnóstico de la cervicalgia implica una evaluación completa de los síntomas del paciente, así como pruebas específicas para identificar la causa subyacente del dolor cervical. Aquí está una descripción detallada de cada parte del diagnóstico:
Examen Físico: Se realiza un examen físico completo, centrándose en el cuello, los hombros, la columna cervical y la columna vertebral en general. Durante el examen, se buscan signos de inflamación, sensibilidad, rigidez muscular, restricción del rango de movimiento y posibles desviaciones en la alineación de la columna cervical.
Pruebas de Imagen: Las pruebas de imagen, como radiografías, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), pueden ser ordenadas para evaluar la estructura y la integridad de los tejidos del cuello, incluyendo los huesos, los discos intervertebrales, los músculos y los ligamentos.
Las radiografías cervicales pueden ayudar a detectar anomalías estructurales, espondilosis cervical o fracturas óseas.
La RM proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos, como los músculos, los ligamentos y los discos intervertebrales, lo que puede ayudar a identificar lesiones o procesos degenerativos.
La TC puede proporcionar imágenes tridimensionales de la columna cervical, especialmente útiles para evaluar fracturas o lesiones óseas.
Pruebas Neurológicas: Estas pruebas pueden incluir pruebas de reflejos, sensibilidad táctil y motricidad, así como pruebas de electromiografía (EMG) para evaluar la actividad eléctrica de los músculos.
Pruebas de Laboratorio: En casos específicos donde se sospeche una causa subyacente específica. Se pueden realizar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre o pruebas de laboratorio de líquido cefalorraquídeo, para ayudar a confirmar o descartar el diagnóstico.
Evaluación de los Factores Contribuyentes: Evaluación de malas posturas, el estrés emocional, estilo de vida sedentaria, hábitos alimenticios y factores psicosociales.
Detección Temprana
La detección temprana de la cervicalgia es fundamental por varias razones importantes:
Prevención de Complicaciones: Detectar la cervicalgia en sus etapas iniciales permite iniciar el tratamiento de manera oportuna para prevenir la progresión de la enfermedad y evitar complicaciones a largo plazo como la pérdida de movilidad, la debilidad muscular y el deterioro de la calidad de vida.
Mejora del Pronóstico: Un tratamiento temprano puede ayudar a reducir la intensidad y la duración del dolor, mejorar la función del cuello y promover una recuperación más rápida y completa.
Evitar el Uso Excesivo de Medicamentos: Explorar opciones de tratamiento no farmacológico antes de recurrir a medicamentos analgésicos o antiinflamatorios más potentes ayudando a minimizar el riesgo de efectos secundarios y dependencia de medicamentos.
Tratamiento
El tratamiento de la cervicalgia se basa en abordar el dolor, mejorar la función del cuello y prevenir la recurrencia de los síntomas. Dependiendo de la gravedad de la condición y las necesidades individuales del paciente, el tratamiento puede incluir una combinación de enfoques conservadores y, en algunos casos, intervenciones más invasivas. A continuación, se detallan los diferentes aspectos del tratamiento de la cervicalgia:
Medicamentos:
Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Ayudan a aliviar el dolor y reducir la inflamación en el cuello. Ejemplos comunes incluyen ibuprofeno y naproxeno. .
Analgésicos tópicos: Cremas o ungüentos que se aplican directamente en el cuello pueden proporcionar alivio localizado del dolor.
Terapia Física:
Terapia Manual: La terapia manual, que incluye masajes, manipulaciones y movilizaciones articulares, puede ayudar a reducir la rigidez muscular y mejorar la circulación sanguínea en el cuello.
Técnicas de Relajación: La terapia física también puede incluir técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación y el yoga, para reducir el estrés y la tensión muscular en el cuello y los hombros.
Ejercicios de Fortalecimiento y Estiramiento: Un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios específicos para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad y la movilidad articular.
Modalidades de Fisioterapia:
Calor y Frío: La aplicación de compresas calientes o frías en el cuello puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
Electroterapia: Terapias como la estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS) o la terapia de ultrasonido pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función del cuello.
Collar Cervical:
En casos de cervicalgia aguda o después de una lesión traumática, el uso de un collar cervical suave puede ayudar a mantener el cuello en una posición neutral y proporcionar soporte adicional durante la recuperación. Sin embargo, su uso prolongado no se recomienda ya que puede debilitar los músculos del cuello.
Intervenciones Invasivas:
En casos de cervicalgia crónica que no responden al tratamiento conservador, se pueden considerar intervenciones más invasivas, como inyecciones de corticosteroides en los puntos de dolor específicos o procedimientos de bloqueo nervioso para reducir la sensación de dolor en los nervios cervicales.
¿Cómo lo tratamos en la Fundación Santa Fe de Bogotá?
Las siguientes especialidades médicas son relevantes para el tratamiento integral de la cervicalgia debido a sus áreas de experiencia y enfoques terapéuticos específicos:
Fisioterapeutas: Utilizan una variedad de técnicas, como ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, terapia manual y modalidades de fisioterapia, para reducir el dolor y mejorar la función del cuello.
Anestesiología y Medicina del Dolor: Pueden realizar procedimientos de intervención mínimamente invasivos, como inyecciones de corticosteroides o bloqueos nerviosos, para proporcionar alivio del dolor localizado y reducir la inflamación en los nervios cervicales.
Cirujanos de Columna (Ortopedistas y Neurocirujanos): En casos de cervicalgia asociada con compresión nerviosa o hernia discal cervical, los neurólogos o neurocirujanos pueden ser consultados para evaluar la necesidad de intervenciones quirúrgicas, como la discectomía cervical o la fusión espinal, para aliviar la presión sobre los nervios y restaurar la función neurológica.
Psicólogos o Psiquiatras: Los psicólogos o psiquiatras pueden proporcionar apoyo emocional, terapia cognitivo-conductual y técnicas de manejo del estrés para ayudar a los pacientes a enfrentar los desafíos emocionales asociados con el dolor crónico.
Terapeutas Ocupacionales: Proporcionan recomendaciones sobre ergonomía, uso de dispositivos de asistencia y modificaciones del entorno para promover la independencia y la calidad de vida del paciente.
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