¿Qué relación tiene la salud mental con el corazón?
La salud mental y el corazón están profundamente conectados. Vivir con enfermedades cardiovasculares —o estar en riesgo de padecerlas— puede afectar nuestro estado emocional. Al mismo tiempo, el estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales pueden aumentar el riesgo de infarto, presión alta y otras enfermedades del corazón.
Por eso, cuidar tu mente también es cuidar tu corazón.

¿Por qué es importante?
Porque las emociones influyen directamente en la salud física. El mal manejo del estrés o la tristeza sostenida puede:
Elevar la presión arterial.
Aumentar el ritmo cardíaco.
Dificultar el sueño y la alimentación saludable.
Afectar la adherencia al tratamiento.
Generar aislamiento o abandono del autocuidado.
Cifras en Colombia
Según el Ministerio de Salud, al menos el 25% de los colombianos ha presentado síntomas de ansiedad o depresión.
En pacientes con enfermedad cardiovascular, más del 40% desarrolla algún síntoma emocional significativo durante el proceso de diagnóstico o tratamiento.
La salud mental sigue siendo un tema estigmatizado en muchas comunidades, lo que impide buscar ayuda a tiempo.
Factores de impacto y señales de alerta
Factores que afectan la salud mental del paciente cardiovascular
Diagnóstico reciente de enfermedad cardíaca.
Cambios en el estilo de vida (medicamentos, dieta, actividad física).
Sensación de pérdida de independencia o funcionalidad.
Temor a sufrir un infarto o morir repentinamente.
Aislamiento social o falta de apoyo familiar.
Dificultad para adaptarse a nuevos roles (laborales, familiares).
Señales de alerta emocional
Tristeza prolongada o llanto frecuente.
Irritabilidad, nerviosismo o ataques de pánico.
Fatiga emocional constante.
Falta de motivación para seguir el tratamiento.
Problemas para dormir o comer.
Pensamientos negativos sobre el futuro o sobre sí mismo.
Aislamiento o pérdida de interés en actividades habituales.
Evaluación de la salud mental
El equipo médico puede ayudarte a identificar problemas emocionales mediante:
Entrevistas clínicas.
Cuestionarios validados (como el test de ansiedad o depresión).
Observación de cambios en tu conducta o en la adherencia al tratamiento.
Es importante que compartas tus emociones con tu médico, así como compartes los síntomas físicos.
Recomendaciones para cuidar tu salud mental
Habla sobre lo que sientes. No te guardes el miedo, la tristeza o la frustración.
Acepta tus emociones: sentirse vulnerable no es debilidad.
Busca redes de apoyo: familiares, amigos, grupos de pacientes o comunidad religiosa.
Mantén rutinas saludables: comer bien, dormir a tus horas, moverte diariamente.
Haz pausas durante el día para respirar, agradecer o relajarte.
Realiza actividades que te den placer: leer, caminar, escuchar música, dibujar.
Evita el aislamiento. Rodéate de personas que te aporten calma y compañía.
Haz ejercicio suave (como caminar o bailar) para liberar tensiones.
Busca ayuda profesional si los síntomas persisten o te impiden seguir con tu vida diaria.
Técnicas sencillas de autocuidado emocional
Respiración consciente: inhala por 4 segundos, mantén por 4, exhala por 4.
Escritura terapéutica: escribe lo que sientes sin juzgarte.
Oración o meditación: encuentra conexión espiritual si así lo deseas.
Establece límites: aprende a decir no cuando algo afecta tu bienestar.
Especialidades que te pueden ayudar
Psicología clínica o de la salud: apoyo emocional y adaptación al diagnóstico.
Psiquiatría: en caso de síntomas graves o necesidad de medicación.
Trabajo social: apoyo comunitario o familiar.
Medicina familiar e interna: identificación inicial del malestar emocional.
Rehabilitación cardíaca: programas integrales que incluyen salud mental.
Prevención: protege tu bienestar emocional
No esperes a “tocar fondo” para pedir ayuda.
Expresa tus emociones desde el inicio del tratamiento.
Participa en grupos de apoyo.
Recuerda que el corazón también se cuida desde la mente.
Busca momentos de calma en medio del caos diario.
Vivir con bienestar emocional y enfermedad cardiovascular
Tener una enfermedad del corazón no significa vivir con miedo. Se puede vivir con alegría, propósito y plenitud. El bienestar emocional no es un lujo, es una necesidad tan importante como tus medicamentos o tus controles médicos. Tu corazón necesita amor, comprensión, compañía y paz interior.

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