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la Yodoterapia: efectos y cuidados

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La yodoterapia, también conocida como terapia con yodo radioactivo, es un tratamiento que utiliza yodo radioactivo (yodo-131) para destruir las células cancerosas de la glándula tiroides. Se administra al paciente en forma de cápsula o líquido que se ingiere por vía oral. Una vez ingerido, el yodo es absorbido por las células de la tiroides, incluyendo las células cancerosas, y la radiación emitida por el yodo radioactivo ataca específicamente estas células, dañando su ADN y provocando su destrucción.

Algunos efectos secundarios muy poco frecuente de la yodoterapia incluyen a largo plazo sequedad en la boca, n muy ocasionalmente en pacientes “vomitadores fáciles” puede presentarse vomito luego de ingerir el yodo, por lo que de manera preventiva en estos pacientes administramos un antiemético previo al yodo. Estos efectos suelen ser temporales y pueden ser gestionados con el apoyo adecuado del equipo médico.

La dosis de yodo radioactivo en la yodoterapia se determina con un cuidadose análisis por parte de los médicos nucleares del tipo de cáncer, su agresividad, su extensión, basados en la patología y el reporte quirúrgico, el estadio de la enfermedad, los laboratorios post quirúrgicos y las imágenes de ser necesarias.

Después de recibir yodoterapia, los pacientes deben tomar abundantes líquidos para eliminar el exceso de yodo y deben ingerir alimentos ácidos para provocar eliminación del yodo de las glándulas salivares y así evitar que se irradien. Los pacientes deben seguir precauciones estrictas para evitar la exposición de otras personas a la radiación. Esto puede incluir permanecer en aislamiento intrahospitalario hasta que el nivel de radiación permita el manejo ambulatorio, limitar transitoriamente el contacto cercano y prolongado con otras personas evitar contacto a terceros con la saliva del paciente (evitar besos, compartir cubiertos, etc.…) , tener cuidado con la orina (descargar dos veces la cisterna del baño, limpiar restos de orina en la tasa del inodoro, etc.…) y seguir las instrucciones específicas del equipo médico

En general los pacientes no presentan síntomas asociados a la terapia con yodo radiactivo. En los poco frecuentes casos en que se presenta vomito, esto sucede en las primeras horas después de la ingesta de la capsula/líquido y es autolimitado; la resequedad de mucosas se presenta en raros casos y de manera tardía. Sin embargo, las recomendaciones de protección radiológica, se mantienen a partir de que el paciente es dado de alta, aproximadamente por 3 días , para minimizar el riesgo de irradiación a terceros.

Esto no es cierto!. En todos los casos el paciente con cáncer de tiroides debe ser llevado a destrucción del tumor o resección de la glándula tiroides pro-cirugía. Luego del manejo quirúrgico será evaluado para determinar la necesidad de yodo radioactivo, la yodoterapia puede combinarse con cirugía, radioterapia externa, terapia hormonal o terapias dirigidas, dependiendo de la naturaleza y la etapa del cáncer, así como de las necesidades individuales del paciente.

Después de recibir yodoterapia, los pacientes generalmente requieren un seguimiento regular con su equipo médico para evaluar la respuesta al tratamiento, monitorear los niveles hormonales, realizar pruebas de imagen de seguimiento y detectar cualquier signo de recurrencia del cáncer. Los cuidados de seguimiento pueden incluir pruebas de sangre periódicas, ecografías tiroideas y gammagrafías de cuerpo entero con yodo radiactivo.

Aunque la yodoterapia es generalmente segura y bien tolerada, puede estar asociada con algunas complicaciones a largo plazo, como daño a las glándulas salivales. El aumento del riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer, y efectos adversos en la fertilidad y la función Reproductiva, se han descrito en la literatura, pero no se ha demostrado relación directa. Es importante que los pacientes discutan estos riesgos con su equipo médico antes de recibir el tratamiento.

La efectividad de la yodoterapia puede variar según el tipo y la etapa del cáncer de tiroides. Por lo general, la yodoterapia es más efectiva en los tipos de cáncer de tiroides diferenciados, como el carcinoma papilar y el carcinoma folicular, que tienen una mayor capacidad para absorber el yodo radioactivo. Sin embargo, en casos de cáncer de tiroides más agresivos o resistentes a la yodoterapia, pueden ser necesarias otras opciones de tratamiento.

Durante la yodoterapia, se recomienda a los pacientes seguir una dieta baja en yodo (baja en sal) para evitar interferencias en la absorción del yodo radioactivo. Esto puede incluir evitar alimentos ricos en yodo, como mariscos, productos lácteos, alimentos procesados y suplementos que contienen yodo. Es importante que los pacientes sigan las recomendaciones específicas de su equipo médico en cuanto a la dieta durante el tratamiento de Yodoterapia.