Trauma Mayor o Politraumatismo
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El trauma es una enfermedad de salud pública, es la sexta causa de muerte de carácter global, con una mayor proporción de víctimas dentro del grupo de adultos jóvenes. Como carga de enfermedad representa la primera causa de años de vida perdidos (DALY) por muerte o por discapacidad en el grupo de 10 a 49 años en el mundo.
En Colombia para el año 2020 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró muertes por lesiones de causa externa (homicidios, suicidios, eventos de transporte y accidentes) en 22.229 personas, siendo más frecuente la ocurrencia en el sexo masculino. Como lesiones no fatales de causa externa se registraron 139.554 casos dentro de los que se incluyen violencia interpersonal, delitos sexuales, violencia intrafamiliar, lesiones por accidente de tránsito y lesiones accidentales de otra causa.
Síntomas
Experimentar un trauma mayor puede ser una experiencia dolorosa y debilitante. Es importante reconocer los signos y síntomas para buscar atención médica adecuada y recibir tratamiento oportuno. Aquí hay una descripción detallada de los síntomas comunes asociados con el Trauma Mayor:
Dolor Intenso: El dolor es uno de los síntomas más prominentes del Trauma Articular Mayor. Puede variar en intensidad desde leve hasta severo y puede estar presente de manera constante o aumentar con el movimiento de la articulación afectada. El dolor puede ser agudo, punzante o sordo, dependiendo de la naturaleza y gravedad de la lesión.
Dificultad para Mover la Articulación: El trauma articular puede afectar la capacidad de mover la articulación afectada de manera normal. Puedes experimentar rigidez, limitación en el rango de movimiento o incluso incapacidad para mover la articulación en absoluto. Esta dificultad para mover la articulación puede interferir con las actividades diarias y afectar la calidad de vida.
Deformidad Evidente: En casos graves de Trauma Articular Mayor, puede haber una deformidad evidente en la articulación afectada. Esto puede manifestarse como una posición anormal de la articulación, cambios en la alineación o incluso una apariencia deformada de la extremidad. Es importante buscar atención médica inmediata si se observa una deformidad evidente después de un trauma.
Otros Síntomas: Además de los síntomas mencionados anteriormente, el Trauma Mayor también puede estar asociado con otros signos, como hematomas, crepitación (ruido crujiente al mover la articulación), debilidad muscular y sensación de inestabilidad en la articulación. Estos síntomas pueden variar según la gravedad y ubicación de la lesión.
En caso de trauma Cráneo encefálico:
Dolor de cabeza severo asociado a náuseas, vómito o mucho sueño.
Vómito persistente.
Confusión, desorientación, lenguaje incoherente o confuso, mareo o vértigo.
Sueño anormal (paciente muy dormido difícil de despertar o con respiración ruda o ruidosa)
Pupilas desiguales.
Visión borrosa o doble.
Parálisis de algún lado de la cara o el cuerpo.
Adormecimiento de algún lado de la cara o del cuerpo.
Dificultad para hablar (lenguaje enredado).
Convulsiones.
Debido a que el estado de conciencia es tan importante para evaluar cómo está evolucionando un paciente con trauma de cráneo no debe:
Tomar bebidas alcohólicas durante al menos 48 horas.
Utilizar drogas alucinógenas.
Ingerir medicamentos que produzcan somnolencia como benzodiacepinas o derivados de la morfina.
En caso de Trauma Lumbar:
Dolor irradiado en forma de corrientazo a brazos y piernas.
Debilidad en brazos o piernas.
Se duermen u hormiguean los brazos o piernas.
Pierde el control de la vejiga o el intestino.
Es importante tener en cuenta que los síntomas del Trauma Articular Mayor pueden variar en función de la gravedad y naturaleza de la lesión, así como de la articulación afectada. Si experimentas alguno de estos síntomas después de un trauma en una articulación, es crucial buscar atención médica de inmediato para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. No subestimes la importancia de abordar los síntomas del Trauma Articular Mayor para evitar complicaciones a largo plazo y promover una recuperación exitosa.
Tipos
- Fracturas Intraarticulares: Estas fracturas involucran la superficie articular y pueden afectar el movimiento y la estabilidad de la articulación. Requieren tratamiento cuidadoso para restaurar la función adecuada.
- Dislocaciones: Ocurren cuando los huesos de una articulación se desplazan de su posición normal. Las dislocaciones pueden ser muy dolorosas y, a menudo, requieren manipulación manual o cirugía para volver a colocar los huesos en su lugar.
- Lesiones de Ligamentos: Los ligamentos son tejidos que conectan los huesos entre sí y proporcionan estabilidad a las articulaciones. Las rupturas o desgarros de ligamentos, como el ligamento cruzado anterior (LCA) en la rodilla, son comunes en deportes y pueden requerir cirugía y rehabilitación prolongada.
- Lesiones de Meniscos: Los meniscos son cartílagos en forma de cuña que actúan como amortiguadores entre los huesos de la rodilla. Las lágrimas de menisco pueden ocurrir debido a torsiones o impactos y, a menudo, requieren cirugía para su reparación.
- Artrosis Postraumática: Es el desgaste del cartílago articular debido a una lesión previa. Aunque no es una lesión aguda, puede ser una consecuencia a largo plazo de un trauma articular mayor.
- Luxaciones: Similar a las dislocaciones, pero puede referirse específicamente a articulaciones más pequeñas o a episodios recurrentes de inestabilidad articular, como la luxación de rótula.
- Lesiones de Cartílago: Daño al cartílago articular que puede resultar en dolor, hinchazón y reducción del rango de movimiento. Estas lesiones pueden ser difíciles de tratar y pueden conducir a la artrosis si no se manejan adecuadamente.
- Lesiones de Tendones: Los tendones conectan los músculos a los huesos y su lesión puede comprometer seriamente la función articular. Ejemplos comunes incluyen la rotura del tendón de Aquiles o los tendones del manguito rotador en el hombro.
Etapas de la Enfermedad
Etapa 1 - Lesión Aguda: En esta etapa inicial, ocurre el trauma mayor debido a un evento traumático, como una caída, un accidente deportivo o un choque automovilístico. Durante esta fase, el paciente puede experimentar dolor intenso, hinchazón, deformidad evidente y dificultad para la movilización. Es crucial buscar atención médica de inmediato para evaluar la gravedad de la lesión y comenzar el tratamiento adecuado.
Etapa 2 - Diagnóstico y Estabilización: Una vez que se ha producido la lesión, el paciente es sometido a un proceso de diagnóstico para evaluar la naturaleza y el alcance del trauma. Esto puede incluir exámenes físicos, pruebas de diagnóstico por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, y posiblemente procedimientos quirúrgicos como la artroscopia. El objetivo de esta etapa es estabilizar, diagnosticar lesiones potencialmente mortales y planificar el tratamiento adecuado.
Etapa 3 - Tratamiento Agudo: Durante esta etapa, se implementa el tratamiento inicial para abordar el trauma mayor y prevenir complicaciones adicionales. Esto puede incluir medidas de control del dolor, inmovilización de la articulación afectada con férulas o yesos, reducción de fracturas o luxaciones, y posiblemente cirugía para reparar lesiones graves como desgarros de ligamentos o fracturas intraarticulares. El objetivo es estabilizar la articulación y facilitar el proceso de curación.
Etapa 4 - Rehabilitación y Recuperación: Una vez que se ha realizado el tratamiento inicial, comienza el proceso de rehabilitación y recuperación. Esto puede incluir sesiones de fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento muscular, terapia ocupacional y otras modalidades de rehabilitación diseñadas para mejorar la función y la movilidad de la articulación afectada. El objetivo es restaurar la fuerza, la flexibilidad y la funcionalidad de la articulación, así como prevenir la rigidez y las complicaciones a largo plazo.
Etapa 5 - Seguimiento y Cuidados a Largo Plazo: Una vez completada la rehabilitación inicial, el paciente debe seguir un plan de cuidados a largo plazo para mantener la salud y la función de la articulación afectada. Esto puede incluir seguimientos regulares con el médico, continuación de la terapia física en casa, uso de dispositivos de asistencia como bastones o aparatos ortopédicos si es necesario, y modificaciones en el estilo de vida para prevenir lesiones recurrentes. Es importante seguir las recomendaciones del médico y mantener un enfoque proactivo en el cuidado de la articulación afectada.
Cada etapa del Trauma Mayor presenta desafíos únicos y requiere un enfoque multidisciplinario para el manejo efectivo de la lesión. Con un diagnóstico y tratamiento oportunos, así como una rehabilitación adecuada.
Factores de riesgo
Infraestructura Vial y Accidentes de Tráfico: La infraestructura vial deficiente y las altas tasas de accidentes de tráfico representan un importante factor de riesgo para el Trauma Mayor en Colombia. El país enfrenta desafíos significativos en términos de seguridad vial, incluyendo carreteras en mal estado, falta de señalización adecuada y comportamientos imprudentes de los conductores. Estas condiciones aumentan la probabilidad de colisiones automovilísticas, atropellos peatonales y accidentes de motocicleta, que pueden resultar en lesiones graves en las articulaciones.
Trabajo en Industrias de Alto Riesgo: Algunas industrias en Colombia, como la construcción, la minería y la agricultura, presentan riesgos laborales significativos que pueden aumentar la probabilidad de sufrir un Trauma Mayor. Los trabajadores expuestos a entornos peligrosos, maquinaria pesada o condiciones de trabajo inseguras pueden estar en mayor riesgo de sufrir lesiones graves en las articulaciones debido a caídas, golpes o atrapamientos.
Práctica de Deportes Extremos: El creciente interés en los deportes extremos y de alto impacto en Colombia ha llevado a un aumento en las lesiones articulares entre los deportistas aficionados y profesionales. Actividades como el fútbol, el ciclismo de montaña, el skateboarding y el rugby pueden exponer a los participantes a un mayor riesgo de sufrir traumas articulares graves, especialmente si no se utilizan equipos de protección adecuados o si se practican en condiciones peligrosas.
Envejecimiento de la Población: El envejecimiento de la población colombiana es otro factor de riesgo importante para el Trauma Mayor. Con el aumento de la esperanza de vida, se observa una mayor incidencia de caídas en personas mayores, lo que aumenta el riesgo de fracturas de cadera y otras lesiones articulares graves. Además, las personas mayores pueden experimentar una disminución de la densidad ósea y una menor capacidad de recuperación, lo que aumenta la gravedad y la duración de la recuperación después de una lesión.
Acceso Limitado a Atención Médica Especializada: El acceso limitado a atención médica especializada, especialmente en áreas rurales o de bajos recursos, puede dificultar la detección y el tratamiento oportuno del Trauma Mayor en Colombia. La falta de servicios de emergencia adecuados y la escasez de especialistas ortopédicos pueden resultar en retrasos en el diagnóstico y la intervención quirúrgica, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y discapacidad a largo plazo.
Prevención
Prácticas Seguras en Deportes y Actividades Recreativas
Uso de Equipos de Protección: Utiliza equipo de protección adecuado, como cascos, rodilleras, coderas y protectores bucales, al participar en deportes de contacto o actividades recreativas de alto impacto.
Entrenamiento Adecuado: Realiza un entrenamiento físico adecuado para fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y desarrollar habilidades de equilibrio y coordinación, lo que puede ayudar a prevenir caídas y lesiones articulares durante la práctica deportiva.
Técnicas de Caída Segura: Aprende y practica técnicas de caída segura para minimizar el riesgo de lesiones al caer durante actividades como el skateboarding, el patinaje sobre ruedas o el snowboarding.
Seguridad Vial y Prevención de Accidentes de Tráfico
Conducción Segura: Respeta las normas de tránsito, evita conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, y mantén la atención en la carretera para reducir el riesgo de colisiones automovilísticas y accidentes de tráfico que pueden causar lesiones articulares graves.
Uso de Cinturones de Seguridad: Siempre usa cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil en el automóvil para proteger a los ocupantes en caso de accidente y reducir el riesgo de lesiones en las articulaciones, como fracturas de cadera o rodilla.
Seguridad Peatonal: Sé consciente al caminar por la calle y utiliza pasos peatonales, cruces de peatones y aceras seguras para evitar ser atropellado por vehículos.
Prevención de Lesiones Laborales y en el Hogar
Prácticas de Trabajo Seguras: Utiliza equipo de protección personal adecuado y sigue procedimientos de seguridad en el lugar de trabajo para prevenir lesiones en las articulaciones causadas por accidentes laborales, como caídas desde altura, golpes o atrapamientos.
Ergonomía en el Trabajo: Mantén una postura ergonómica adecuada al levantar objetos pesados, realizar tareas repetitivas o trabajar en posiciones incómodas para reducir el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, como esguinces, distensiones o tendinitis.
Seguridad en el Hogar: Identifica y elimina posibles peligros en el hogar que puedan provocar caídas o lesiones, como superficies resbaladizas, escaleras sin barandas o alfombras sueltas.
Diagnóstico / Detección
El diagnóstico del Trauma Articular Mayor suele ser un proceso multifacético que puede requerir una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas de diagnóstico por imágenes.
Historia Clínica: El médico comenzará por recopilar información detallada sobre el historial médico del paciente, incluyendo la descripción del evento traumático, los síntomas experimentados y cualquier condición médica preexistente. La historia clínica proporciona información importante que ayuda al médico a entender la naturaleza y el alcance del trauma articular.
Examen Físico: Se realizará un examen físico minucioso para evaluar la articulación afectada, buscar signos de lesiones como hinchazón, deformidad, sensibilidad al tacto y limitación en el rango de movimiento. El médico también puede realizar pruebas específicas para evaluar la estabilidad de la articulación y detectar posibles lesiones asociadas, como desgarros de ligamentos o fracturas.
Radiografías: Las radiografías son uno de los exámenes de diagnóstico por imágenes más comunes utilizados para evaluar el trauma articular. Permiten visualizar estructuras óseas y detectar fracturas, luxaciones, subluxaciones y cambios en la alineación articular. Las radiografías pueden proporcionar información importante sobre la gravedad y el tipo de lesión.
Resonancia Magnética (RM): La resonancia magnética es una herramienta de diagnóstico más avanzada que proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos, como ligamentos, tendones, cartílagos y cápsulas articulares. Es especialmente útil para evaluar lesiones no visibles en radiografías, como desgarros de ligamentos, daño del cartílago y hematomas intraarticulares.
Tomografía Computarizada (TC): La tomografía computarizada es útil para evaluar lesiones óseas complejas o fracturas intraarticulares que pueden no ser completamente visibles en radiografías convencionales. Proporciona imágenes tridimensionales detalladas de la articulación afectada, lo que ayuda al médico a planificar el tratamiento quirúrgico si es necesario.
Ecografía: La ecografía puede ser útil en la evaluación de lesiones articulares agudas, especialmente para detectar derrames articulares, hematomas y lesiones de tejidos blandos como tendones y músculos. Es un método no invasivo y rápido que puede proporcionar información complementaria al examen físico y otras pruebas de diagnóstico por imágenes.
Artroscopia: La artroscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que se utiliza tanto para diagnosticar como para tratar lesiones articulares. Permite al cirujano visualizar el interior de la articulación mediante un pequeño dispositivo óptico llamado artroscopio, lo que facilita la identificación precisa de lesiones y la realización de procedimientos terapéuticos, como la reparación de ligamentos o la eliminación de fragmentos óseos.
Pruebas de Laboratorio: En algunos casos, se pueden realizar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre o líquido sinovial, para evaluar la presencia de inflamación, infección u otros problemas médicos que puedan estar relacionados con el trauma articular. Estas pruebas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico y guiar el tratamiento adecuado.
Detección Temprana
Busca Atención Médica Inmediata: Si experimentas algún síntoma de Trauma Articular Mayor después de un trauma, busca atención médica de inmediato. No ignores el dolor o la hinchazón en las articulaciones, ya que podría ser indicativo de una lesión grave que requiere tratamiento urgente. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden prevenir complicaciones graves y acelerar la recuperación.
Realiza un Examen Físico Completo: Cuando consultes a un médico, espera que realicen un examen físico completo para evaluar la articulación afectada. El médico examinará la articulación en busca de signos de lesiones, como hinchazón, deformidad, sensibilidad al tacto y limitación en el rango de movimiento. También pueden realizar pruebas específicas para evaluar la estabilidad de la articulación y detectar posibles lesiones asociadas.
Mantén un Seguimiento Regular: Después de recibir tratamiento inicial, es importante mantener un seguimiento regular con tu médico para monitorear tu progreso y abordar cualquier preocupación o complicación que pueda surgir. Los chequeos regulares son fundamentales para garantizar una recuperación completa y prevenir recurrencias de lesiones en el futuro.
Etapas de la Enfermedad
Etapa 1 - Lesión Aguda: En esta etapa inicial, ocurre el trauma mayor debido a un evento traumático, como una caída, un accidente deportivo o un choque automovilístico. Durante esta fase, el paciente puede experimentar dolor intenso, hinchazón, deformidad evidente y dificultad para la movilización. Es crucial buscar atención médica de inmediato para evaluar la gravedad de la lesión y comenzar el tratamiento adecuado.
Etapa 2 - Diagnóstico y Estabilización: Una vez que se ha producido la lesión, el paciente es sometido a un proceso de diagnóstico para evaluar la naturaleza y el alcance del trauma. Esto puede incluir exámenes físicos, pruebas de diagnóstico por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, y posiblemente procedimientos quirúrgicos como la artroscopia. El objetivo de esta etapa es estabilizar, diagnosticar lesiones potencialmente mortales y planificar el tratamiento adecuado.
Etapa 3 - Tratamiento Agudo: Durante esta etapa, se implementa el tratamiento inicial para abordar el trauma mayor y prevenir complicaciones adicionales. Esto puede incluir medidas de control del dolor, inmovilización de la articulación afectada con férulas o yesos, reducción de fracturas o luxaciones, y posiblemente cirugía para reparar lesiones graves como desgarros de ligamentos o fracturas intraarticulares. El objetivo es estabilizar la articulación y facilitar el proceso de curación.
Etapa 4 - Rehabilitación y Recuperación: Una vez que se ha realizado el tratamiento inicial, comienza el proceso de rehabilitación y recuperación. Esto puede incluir sesiones de fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento muscular, terapia ocupacional y otras modalidades de rehabilitación diseñadas para mejorar la función y la movilidad de la articulación afectada. El objetivo es restaurar la fuerza, la flexibilidad y la funcionalidad de la articulación, así como prevenir la rigidez y las complicaciones a largo plazo.
Etapa 5 - Seguimiento y Cuidados a Largo Plazo: Una vez completada la rehabilitación inicial, el paciente debe seguir un plan de cuidados a largo plazo para mantener la salud y la función de la articulación afectada. Esto puede incluir seguimientos regulares con el médico, continuación de la terapia física en casa, uso de dispositivos de asistencia como bastones o aparatos ortopédicos si es necesario, y modificaciones en el estilo de vida para prevenir lesiones recurrentes. Es importante seguir las recomendaciones del médico y mantener un enfoque proactivo en el cuidado de la articulación afectada.
Cada etapa del Trauma Mayor presenta desafíos únicos y requiere un enfoque multidisciplinario para el manejo efectivo de la lesión. Con un diagnóstico y tratamiento oportunos, así como una rehabilitación adecuada.
Tratamiento
El tratamiento del Trauma Mayor es integral y multidisciplinario, para estabilizar hemo dinámicamente al paciente con el fin de aliviar el dolor, promover la rehabilitación temprana y restaurar la función y la movilidad para devolver al paciente a la sociedad. Aquí se detalla información ampliada sobre las opciones de tratamiento:
Tratamiento Conservador
Descanso: En muchos casos, el descanso es fundamental para permitir que la articulación afectada se recupere. Limitar la actividad y evitar la carga de peso sobre la articulación lesionada puede ayudar a prevenir un mayor daño y promover la curación.
Inmovilización: El uso de férulas, yesos o dispositivos de inmovilización puede ser necesario para estabilizar la articulación y facilitar la curación. Estos dispositivos ayudan a proteger la articulación lesionada y reducir el riesgo de movimientos bruscos que puedan causar más daño.
Terapia Física: La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento del Trauma Articular Mayor. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular, así como las técnicas de movilización articular, pueden ayudar a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la estabilidad de la articulación afectada.
Manejo farmacológico: Se pueden recetar medicamentos para controlar el dolor y reducir la inflamación, como analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE) o medicamentos para el dolor narcóticos en casos de dolor intenso.
Tratamiento Quirúrgico
Reducción y Fijación: En casos de fracturas o luxaciones graves, puede ser necesario realizar una reducción cerrada o abierta para alinear los fragmentos óseos y luego fijarlos en su lugar con placas, tornillos o clavos.
Reparación de Tejidos Blandos: En lesiones de ligamentos o tendones, se pueden realizar procedimientos quirúrgicos para reparar o reconstruir los tejidos lesionados utilizando injertos de tejido autólogo o sintético.
Rehabilitación Postoperatoria: Después de la cirugía, es fundamental participar en un programa de rehabilitación estructurado para facilitar la recuperación y restaurar la función de la articulación. Esto puede incluir ejercicios de fisioterapia, terapia ocupacional y medidas de prevención de complicaciones, como la tromboprofilaxis para prevenir la trombosis venosa profunda.
Tratamiento Integral y Multidisciplinario: El tratamiento del Trauma Articular Mayor a menudo requiere la colaboración de varios especialistas, como cirujanos ortopédicos, fisioterapeutas, médicos de rehabilitación, terapeutas ocupacionales y psicólogos. Trabajar en equipo permite abordar de manera integral las necesidades médicas, físicas y emocionales del paciente, optimizando así los resultados del tratamiento.
¿Cómo lo tratamos en la Fundación Santa Fe de Bogotá?
El tratamiento integral del Trauma Articular Mayor requiere la colaboración de varias especialidades médicas para abordar las diferentes facetas de la lesión y promover una recuperación exitosa. A continuación, se detalla información ampliada sobre las especialidades médicas que participan en el tratamiento integral:
1. Cirugía Ortopédica: La cirugía ortopédica es fundamental en el manejo del Trauma Articular Mayor, especialmente en casos que requieren reducción y fijación de fracturas complejas, reparación de lesiones de tejidos blandos y reemplazo articular. Los cirujanos ortopédicos están capacitados en técnicas quirúrgicas avanzadas para abordar una amplia gama de lesiones articulares y trabajar para restaurar la función y la estabilidad de la articulación afectada.
2. Medicina Física y Rehabilitación: Los médicos especializados en medicina física y rehabilitación desempeñan un papel crucial en la rehabilitación postoperatoria y la recuperación funcional del paciente. Utilizan técnicas de fisioterapia, terapia ocupacional y medicina deportiva para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la coordinación, y ayudar al paciente a regresar a sus actividades diarias lo más rápido posible.
3. Radiología: Los radiólogos son responsables de interpretar imágenes diagnósticas, como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y ecografías, para evaluar la gravedad y el alcance de la lesión articular. Proporcionan información crucial que guía el diagnóstico y el tratamiento del Trauma Articular Mayor.
4. Anestesiología y Medicina del Dolor: Los especialistas en anestesiología y medicina del dolor desempeñan un papel importante en el manejo del dolor agudo y crónico asociado con el Trauma Articular Mayor. Utilizan técnicas avanzadas de analgesia y anestesia para controlar el dolor durante procedimientos quirúrgicos y proporcionan terapias de manejo del dolor a largo plazo para mejorar la calidad de vida del paciente.
5. Psicología y Salud Mental: El Trauma Articular Mayor puede tener un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional del paciente, especialmente en casos de lesiones graves o discapacitantes. Los psicólogos y especialistas en salud mental brindan apoyo emocional, asesoramiento y terapia cognitivo-conductual para ayudar al paciente a enfrentar los desafíos físicos y emocionales asociados con la lesión.
6. Nutrición y Dietética: La nutrición adecuada juega un papel importante en la recuperación y rehabilitación del Trauma Articular Mayor. Los nutricionistas y dietistas trabajan con el paciente para desarrollar planes de alimentación saludables que apoyen la cicatrización de tejidos, fortalezcan el sistema inmunológico y promuevan la salud ósea y articular.
7. Trabajo Social y Servicio Social: Los trabajadores sociales y los especialistas en servicio social ayudan al paciente y a su familia a navegar por el sistema de atención médica, acceder a recursos financieros y de apoyo, y enfrentar los desafíos sociales y emocionales asociados con la lesión. Proporcionan asesoramiento, orientación y asistencia para garantizar una transición sin problemas hacia la recuperación.
9. Cirugía Plástica y Reconstructiva: En casos de lesiones graves que resultan en deformidades o defectos estéticos, los cirujanos plásticos y reconstructivos pueden participar en el tratamiento para restaurar la función y la apariencia de la articulación afectada.
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